"El martirio es la única forma que una persona sin ningún tipo de habilidad puede convertirse en alguien grandioso”. de George Bernard Shaw
Y es que el mártir es el ejemplo indiscutible del idiota útil religioso, aquel que está completamente convencido de morir (y matar) por su creencia. Es indudable que este personaje trata de vivir su vida sujeto a las reglas religiosas por más radicales y absurdas que estas parezcan:
Acepta que el sufrimiento es parte del camino para llegar a la salvación y por ello acepta el castigo para sí mismo. Siendo así cree también que quienes no compartan y/o ataquen sus creencias (verdades absolutas, irrefutables y trascendentes en tiempo y espacio, para él o ella) pueden ser castigados.
No valora la vida como un fin en sí mismo sino que cree que es un medio para alcanzar un fin. Los ejemplos más drásticos los tenemos en las religiones islámicas y católicas, donde la muerte por defender la fe es premiada con pase directo al Paraíso.
El mártir se pondrá en situacíones comprometadoras tratando de alcanzar, de forma consciente o inconsciente, su martirio. Es un grave riesgo ya que al no tener la misma escala de valores y principios respecto la seguridad, la salud y la propia vida, puede ponerse a él mismo o a personas que le rodean en riesgo latente.
Desafortunadamente la mayoría de religiones continúan ensalzando y venerando el sufrimiento y la muerte como algo bueno, siempre y cuando se haga en nombre de sus propias creencias, aunque obviamente critican cuando exactamente lo mismo pasa en otras.
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