Nuestros países centro y suramericanos son supersticiosos. Nos creemos casi todo lo que nos cuentan respecto de espantos, aparecidos, curaciones mágicas y demás. Dentro de nuestra sociedad tiene cabida los brujos, espiritistas, curanderos y otras calañas que lucran de la inocencia o ignorancia de la población más sencilla o, de algunos otros con más recursos, pero igual de ignorantes y supersticiosos.
Estos charlatanes ofrecen una serie de servicios y productos, muchas veces de forma pública, que no son regulados de ninguna forma. En Guatemala, por ejemplo, tenemos la Dirección de Defensa del Consumidor cuya función es la de velar por que los consumidores no sean estafados, que los productos cumplan con lo que ofrecen y que sean seguros, pero al momento no he sabido de una sola investigación que se haya enderezado respecto de muchos supuestos curanderos o espirtistas que se publicitan en la radio y que dicen curar enfermedades "sobrenaturales" (como ellos las llaman) con ritos mágicos o pociones fantásticas por son preparadas sin procesos sanitarios revisados.
El modus operandi es sencillo: se presentan como hermanos, maestros o algo que les da sentido de pertenencia o respeto a sus radioyentes. Mencionan y relacionan a Dios, santos u otras supersticiones con sus propios actos, manifestando que son "herramientas" de un ser superior, de modo que no exista pugna entre la creencia común y lo que ellos pretenden. Algunos de ellos consideran que la ciencia es efectiva, pero prácticamente todos las enfermedades son sobrenaturales. Cobran por la consulta y, además, por los tratamientos que recomiendan y, obviamente, cuando no funcionan, nunca será su responsabilidad sino que es por más cuestiones sobrenaturales.
En estos casos los riesgos son varios y no se le ha puesto la atención que requiere:
Empecemos por que no existe un comprobado y efectivo proceso por medio del cual se pueda ligar la consecuencia con el ofrecimiento de curas milagrosas derivadas de males sobrenaturales. Esto, por si mismo constituye un alto riesgo para quien contrate los servicios de estos brujos y podrá constituir una estafa.
Por si eso no fuera poco, hace tiempo escuché en Radio Mundial (98.5 FM ó 700 AM -Guatemala-) uno de estos programas que dan "consultas" por radio, de los cuales
Ese sólo hecho debería ser suficiente para iniciar una investigación sin embargo no es todo: los brebajes, pociones, tomas u otros se preparan sin ningún tipo de inspección del Ministerio de Salud. Dicho organo debería, por que para eso fue creado, llevar un estricto control de estos charlatanes para que sean regulados. Por normativa legal todo producto que sea de consumo humano debe ser previamente autorizado por dicho Ministerio y conferirle un registro sanitario de referencia. Obviamente no hay nada de eso en las infuciones que se preparan quien sabe con que procedimientos y elementos, así como las consecuencias de su consumo.
Los riesgos son altísimos y estos tipos actúan con completa impunidad, haciendo lo que mejor saben hacer: embaucar a otros para lucrar con su ignorancia. Mientras tanto contentémonos con logros en otros países, como el que nos menciona que Prohíben en Reino Unido la publicidad de un amuleto porque no está probada la protección de los ángeles, lo cual es un hit en la lucha contra la charlatanería.
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