El Papa Benedicto XVI dedicó la catequesis de la audiencia general de hoy(21-10-09) a reflexionar sobre las enseñanzas de San Bernardo de Claraval (1090-1153) y recordó “que sin una fe profunda en Dios, alimentada por la oración y la contemplación, nuestras reflexiones sobre los misterios divinos corren el peligro de transformarse en mero ejercicio intelectual y pierden su credibilidad”. Fuente
Para Benedicto sólo se pueda reflexionar sobre la idea de Dios y que dicha reflexión sea válida (creíble), sí y sólo sí se cree indudablemente que Dios existe.
De esta forma todo el razonamiento circula sobre una misma vía: confirmar, de cualquier modo, la creencia en vez de demostrar si ésta es cierta o falsa.
¡Que viva el sesgo de confirmación y adiós a cualquier duda!
Para ver lo absurdo del argumento, tomemos la última frase: ... nuestras reflexiones sobre los misterios divinos corren el peligro de transformarse en mero ejercicio intelectual y pierden su credibilidad.
Así únicamente aquellos que creen en Dios son capaces de realizar reflexiones creíbles y a contrario sensu se puede descartar cualquier reflexión de un no creyente, sentándose las bases para descartar ideas contrarias a la fe.
Siguiendo esta línea, la Iglesia nunca pierde:
Para reflexionar sobre Dios, hay que creer primero en Dios (orar y ser contemplativo).
Aquellos que creen en Dios (oran y son contemplativos), tendrán reflexiones "creíbles".
Aquellos que no creen en Dios (ni oran ni son contemplativos), tendrán reflexiones no creíbles pudiendo, entonces, ser descartadas sin más. Punto y final.
Y eso debe ser cierto aunque sea absurdo ¡¿que no ven que el Papa lo dijo?!
2 comentarios:
Hola.
Parece que el criterio a seguir es :
Si crees en dios todos tus pensamientos y reflexiones valen la pena.
Si no crees, si dudas o te haces preguntas sobre un dios, entonces será descartada inmediatamente.
Al parecer la consigna es:
Tines 2 opciones: CREES O CREES.
Un saludo.
O crees... XD, saludos Minerva.
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