martes, 9 de marzo de 2010

Algo de la cosecha de la Iglesia (pederastía e igualdad)

Hoy se publicó en distintos medios la nota en la cual el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, menciona que acusar sólo a la Iglesia por la pederastia falsea la realidad. El portavoz dice citado textualmente:

"Por supuesto que los errores cometidos en las instituciones y por responsables eclesiásticos son particularmente reprobables, dada la responsabilidad educativa y moral de la Iglesia, pero todas las personas objetivas e informadas saben que el tema es mucho más amplio y concentrar las acusaciones sólo contra la Iglesia lleva a falsear la perspectiva"

El caso es que tiene razón... en parte. Lombardi sólo menciona una parte del problema ya que efectivamente existen miles de pederastas que no pertenecen a la Iglesia Católica y cuyos actos, procesos penales o investigativos permanecen anónimos. Sin embargo esto no desvirtúa la necesidad de seguimiento que deben realizarse a los casos de pederastía en la Iglesia ya que:

  • Muchos padres y niños creyentes confían ciegamente en la Iglesia y, en consecuencia, en los curas. Es por esto que deben de hacerse del conocimiento público que dicha institución NO está, bajo ningún punto de vista, exenta de "pecados" como ha pretendido durante siglos. Sus miembros (muchos de sus miembros) pueden ser delincuentes en ejercicio o en potencia y por ello debe hacerse consciencia que debe existir la misma desconfianza hacia un cura que hacia cualquier laico.
  • En el caso de la Iglesia, no sólo es la pederastía como tal, sino el encubrimiento que ha permitido y fomentado, cambiando curas pederastas y abusadores de parroquia en parroquia y tratando que las víctimas no sean escuchadas.
Estos elementos ponen a la Iglesia en una situación especial que ella misma ha generado, por lo que el seguimiento que se hace a sus temas de pederastía es una situación que provocó durante siglos. Comparto la opinión del portavoz en el sentido que las investigaciones deben abarcar religiosos y laicos pero no podemos olvidar ni dejar de lado que la posición de la Iglesia como institución dentro de la sociedad es especial respecto los otros miembros en virtud que ningún otro miembro de la sociedad se ha autoproclamado como la brújula moral de la humanidad o pregona ser el representante indiscutible de Dios en la tierra o, sin ir tan lejos, ser "santo".

Dentro de una sociedad moderna TODOS sus miembros deben ser tratados en igualdad de condiciones, cuando dichas condiciones le sean aplicables por igual. En otras palabras, se trata igual a los iguales y desigual a los desiguales. La Iglesia ha pretendido considerarse desde siempre desigual a los otros miembros del Estado... los frutos de dicha desigualdad los cosecha ahora ¿de qué se queja?

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