El ateísmo debería ser el resultado de un proceso (III parte)

Retomando el tema y después de efectuar un estudio de la afirmación “dios existe” hemos podido concluir que no hay prueba ni motivo lógico o sustentado para considerar que dios exista dentro de los seres que el humano puede conocer de forma física y natural por lo que podemos concluir que dios no existe dentro de esa categoría de seres.

Dicha conclusión nos obliga a generarnos otros cuestionamientos:

El primero de ellos nace de la propia afirmación “dios existe”.

Dios no existe dentro de los seres conocidos por el hombre en ejercicio de la observación, prueba, evalución, conclusión y falsabilidad de su existencia. Eso resulta ser innegable.

Esto significa que obligatoriamente tuvo que haber existido otra forma de arribar a la afirmación “dios existe” por lo que es oportuno preguntar ¿cómo ha llegado el creyente a concluir tal afirmación?

Ha quedado claro que dios no está a la vista ni es testable o falsable o comprobable por lo que el cuestionamiento que se realiza es razonable, toda vez que conociendo el origen de la afirmación “dios existe” podríamos establecer si es correcta o no.

La respuesta a dicha interrogante varía de creencia en creencia pero son constantes las siguientes:

• Dios es del conocimiento del creyente porque se ha “manifestado” a algunos de ellos.

• Estos escogidos, en cumplimiento de las leyes divinas que dios les ha confiado especialmente a ellos, las han comunicado a todos los demás.

• Normalmente las enseñanzas que dios les ha dado a sus escogidos han quedado compiladas en libros que representan la palabra de dios.

Sobre estos tres aspectos es oportuno mencionar:

• Cualquiera de los supuestos hombres escogidos pudo haberse equivocado o simplemente mentir, por lo que para poder concluir sobre si efectivamente dios se ha comunicado con él, es necesario realizar alguna otra forma de comprobación de la afirmación del supuesto escogido. Por ejemplo: que demuestre la comunicación entre él y dios de algún modo físico, tangible o real ya que de éste modo podremos falsar y probar la afirmación.

Creo que es redundante decir que en todos los casos la prueba que se solicita es inexistente, por lo que se genera una duda razonable el considerar cierta la afirmación que dios se le ha aparecido a alguien si previa, conjunta o posteriormente no existe prueba de ello.

• En ese orden de ideas: si el propio escogido ha mentido o se ha equivocado o ha sufrido algún tipo de desorden mental o simplemente no puede comprobar que ha tenido una comunicación con dios, lo que transmita a otros adolece del mismo vicio ¿Por qué considerar como divinas las instrucciones de uno de los supuestos escogidos si previamente no ha demostrado que efectivamente se ha comunicado con dios?

• El mismo vicio acarrea cualquier libro o escrito que se base en las supuestas enseñanzas del escogido, toda vez que al no haber dejado plenamente probado que existió una comunicación entre él y dios, a lo que haya escrito no puede conferírsele calidad de divino.

Cae de su peso que si la única respuesta a la pregunta ¿cómo ha llegado el creyente a concluir la afirmación “dios existe”? es: porqué se le ha aparecido a otros escogidos por él, dicha afirmación no puede tenerse como cierta toda vez que no ha sido comprobado dicho extremo.

El mismo razonamiento puede aplicarse a los “dioses personales” de creyentes (sobre todo aquellos que se autodenominan “cristianos”) toda vez que alegan “conocer a Dios personalmente” porqué les ha “llamado” o “escogido” u otra acepción parecida. Por lo que la pregunta es nuevamente: fuera de tu propia interpretación personal y subjetiva de lo que ha ocurrido ¿puedes comprobar dicha comunicación con dios?

No es de extrañar que al final de cuentas, la respuesta será un evasivo pero indudable no.

También es interesante llamar la atención en aquellas creencias personales que consideran conocer a dios sin intermediarios. El razonamiento es exactamente el mismo toda vez que deberán presentar una forma de comprobar sus creencias las cuales normalmente se confunden con otras ideas ambiguas o simplemente mal utilizadas como “energía”, “materia”, “fuerza creadora”, “fuerza regidora del mundo”, etcétera.

Aun quedan algunas otras interrogantes que debemos analizar, pero eso será en otra entrada.