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El seminario Introducción a la Bioética, organizado por el Comité de Ética Asistencial del Hospital de Guadalajara y que los futuros especialistas que se forman en el centro deben seguir para cumplir sus objetivos docentes, derivó, según las quejas de algunos asistentes, en algo poco o nada científico. El sacerdote, designado por el comité organizador del curso para sustituir al ponente inicial, que no pudo participar por razones personales, dio su opinión sobre la interrupción voluntaria del embarazo y leyó varias encíclicas papales sobre el asunto.
Y es que resulta que el cura de mérito, terminó dándoles su sermón dominical, en vez de una conferencia referente al origen de la vida y que tenía que ser impartida por un experto en Derecho. Claro que la defensa de los organizadores es que el cura es licenciado en Derecho en Teología ¡qué les parece!, bueno pues si es así, supongo que dichos organizadores no tendrían empacho en que ese cura los defendiera penal o civilmente... tal vez le lee al juez alguna encíclica también... acá el punto es que Derecho en Teología en nada tiene que ver con el Derecho, ya que la primera se refiere exclusivamente al derecho de la ICAR, que ha sido hecho de forma unilateral, arbitraria y jerárquica para satisfacer intereses propios de dicha institución, mientras que el Derecho como tal, responde a las necesidades sociales, nacidas de la convivencia humana y se desarrolla espontáneamente. Las bases de ambos son distintas y sus fines también.
Estas situaciones hacen absurdo e ilógico comparar a un "licenciado en derecho en teología" con un verdadero profesional del Derecho. El primero, en este caso siendo cura, responderá a intereses propios de su institución, siguiendo los dogmas y directrices sin chistar ni refutar, mientras que el segundo, deberá atender a la base científica del derecho, explicando y conociendo las normas, sus orígenes y fines dentro de la sociedad (no dentro de la ICAR, que al final forma parte de la sociedad) y sus implicaciones como tales, sin dogmatismos.
Todos tenemos derecho a expresar nuestras opiniones, pero los médicos citados a una conferencia de Bioética que sería realizada por un profesional serio, se vieron sorprendidos al recibir en su lugar al sacerdote que fue a repetir las ideas que le han implantado... algunos se fueron, otros pues se habrán quedado, pero finalmente fueron engañados.
Tal y como aparece en la nota:
Práxedes Rodríguez, responsable de la Federación de Sanidad de CC OO en Guadalajara, asegura que la charla fue totalmente subjetiva. "Siempre desde el punto de vista religioso", añade. "Esas conferencias son formación para los futuros médicos especialistas que están en nuestro hospital. Deben ser claras, objetivas y enriquecedoras. Dudo de que la persona más indicada dentro de las que forman el comité de ética sea el sacerdote, pero fue finalmente a quien designaron".
Con lo ocurrido, se hizo perder tiempo y recursos, sin tomar en cuenta la actitud discriminatoria y desigual que representa enviar a un cura a enseñarles a los médicos respecto de cuestiones meramente científicas. Si quieren escuchar al cura, que vayan a misa...
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