La Conferencia Episcopal de Guatemala ha emtido el comunicado "DIGNIDAD DE LA VIDA HUMANA", en el cual expresa la posición de la Iglesia respecto de la Ley de Planificación Sexual. (Arriba posteado, clic para descargarlo)
Dicho documento presenta nuevamente, el pseudoargumento tratado ya en este blog:
Son los padres de familia quienes tienen el derecho y la obligación de educar a los hijos, lo cual incluye el acceso a la información y la orientación de la decisión en el uso de la sexualidad y no el Estado o cualquier ONG. En todo caso nada puede hacerse sin el consentimiento de los padres cuando se tratra de menores de edad.
Nuevamente la Iglesia, al carecer de un fundamento razonable y objetivo sobre su oposición a la Ley, pretende hacer valer un derecho que es poco o nada ejecutado por los padres de familia, bien por negligencia o por simple desconocimiento, tratando de desviar la atención del punto toral de todo ésto: ACTUALMENTE EXISTE EDUCACIÓN SEXUAL RESPONSABLE Y OBJETIVA, SÍ O NO. La respuesta es de conocimiento público y el problema es que hay derechos que al no ejecutarse se constituyen en externalidades que afectan a toda la población.
Aunado a ello, está claro que los padres de familia tiene la patria potestad de sus hijos, pero dicha patria potestad está constituida de derechos y obligaciones. Educarlos sexualmente es tanto un derecho como una obligación y NO sólo el primero, y es precisamente por ello que cuando existe incumplimiento de ésta obligación, debe haber generarse el marco legal y operativo para cubrir dicha negligencia paterna, toda vez que los efectos son palpables a la fecha.
La Iglesia efectivamente ha sido en gran parte responsable de generar los tabús sexuales que influyen directamente en la sexualidad de occidente y, como ahora, pretende manipular a sus fieles haciéndoles ver que no está en desacuerdo con la educación sexual, siempre y cuando ella autorice cómo, cuándo y por qué.
Karl Deschner trata dicha influencia en su libro "Historia Sexual Del Cristianismo" (clic para descargar), cuyo prólogo empieza así:
Si bien el cristianismo está hoy al borde de la bancarrota espiritual, aquél sigue impregnando aún decisivamente nuestra moral sexual y las limitaciones formales de nuestra vida erótica siguen siendo básicamente las mismas que en los siglos XV o V, en época de Lutero o San Agustín.
Y eso nos afecta a todos en el mundo occidental, incluso a los no cristianos o a los anticristianos. Pues lo que algunos pastores nómadas de cabras pensaron hace dos mil quinientos años sigue determinando los códigos oficiales desde Europa hasta América; subsiste una conexión tangible entre las ideas sobre la sexualidad de los profetas veterotestamentarios o de Pablo y los procesos penales por conducta deshonesta en Roma, París o Nueva York. Y quizá no sea casualidad que uno de los más elocuentes defensores de las relaciones sexuales libres, el francés Rene Guyon, haya sido un jurista que, hasta el mismo día de su muerte, exigió la abolición de todos los tabúes sexuales así como la radical eliminación de todas las ideas que asociaban la actividad sexual con el concepto de inmoralidad.
Libro altamente recomendado y que puede ayudar a más de algún católico que cree en que la Santa Madre Iglesia vela por los intereses de sus hijos.
1 comentario:
Hola Estuve visitando tu blog y me parece muy interesante, permíteme felicitarte. Sería para mi muy agradable contar con tu blog en mis 2 directorios y estoy completamente convencido que para mis visitas que no son pocas será de mucho interés. Si lo deseas no dudes en escribirme muchos Éxitos con tu blog.
Un saludo
Franck Michel Reyes
WebMaster
contacto: reycastillo08@hotmail.com
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