martes, 14 de julio de 2009

Lo absurdo y el riesgo de arbitrariedad cuando religión y Estado se confunden: 40 latigazos por usar pantalones


En la entrada llamada Lo absurdo y el riesgo de arbitrariedad cuando religión y Estado se confunden se hizo una pequeña relación entre la diferencia de un Estado dónde las leyes están definidas y (en lo posible) separadas de la religión respecto de aquellas ligadas y dependientes de la religión, cuya aplicación deriva de la voluntad de quién las interpreta, impone y hace cumplir.

Cuando las segundas conforman el marco jurídico se llega a absurdos tales como propinar latigazos a mujeres por usar pantalones: Un grupo de mujeres sudanesas ha sido condenado en la capital de Sudán, Jartúm, a penas de hasta 40 latigazos por llevar pantalones...

Estas personas han sido castigadas de acuerdo a la sharia, el cual depende del criterio de quien lo implemente y varía de región en región, generando inseguridad y falta de certeza jurídica para quién es objeto de dichas sanciones y normas.

El caso de las mujeres castigadas es un buen ejemplo: ellas son sudanesas, pero de otra región donde no está prohibido usar pantalones. Sin embargo en Jartúm (lugar donde fueron aprendidas) si se aplican las normas de la sharia ¿por qué debería de variar las normas respecto de una región a otra si efectivamente no existe motivo más que criterios religiosos, no objetivos?

No existe ningún sustento para ello, sin embargo es lo que ocurre cuando la religión y el Estado se confunden en uno sólo.

Por dicho motivo es importante velar por no que exista injerencia de la religión en el Estado de ninguna forma y, sobre todo, en la emisión e implementación de las normas legales.

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