Pero ¿por qué son tan recurrentes los abusos hacia menores en estas organizaciones religiosas?, el delincuente, al momento de decidir cometer el delito, evalúa su costo de oportunidad para determinar si el costo (la pena) es mayor a la retribución que recibirá de cometer el delito. De ese modo, mientras menos chance hay de ser castigado, menor riesgo y mayor será la oportunidad de cometer el delito y, a contrario sensu mientras más chance de castigo, mayor el riesgo y, por lo tanto, menos probabilidad de comisión de delito. Para analizar ese costo de oportunidad, el delincuente evalúa su entorno y, es allí precisamente, donde entran las organizaciones religiosas. Estas organizaciones han sido diseñadas de tal forma que generan un escenario ad hoc de abusadores y, por lo tanto, el costo de oportunidad de cometer el delito es mayor:
- Los mandatos y órdenes debe ser cumplidos, no se discuten ni se pone en tela de duda la "forma de pensar" de la organización y, por lo tanto, tampoco la de su representante.
- Aquellos que obran conforme sus convicciones reales (quienes en verdad creen que hacen bien) no dudan normalmente de los motivos de los delincuentes. Casi siempre son sorprendidos porque ¿cómo dudar de quien sirve a su dios?
- Las ideas y opiniones personales son llevadas a la mínima expresión. Mientras menos dudas, mejor creyente eres.
- Una vez se da el delito, normalmente se maneja de modo que no se haga público y, por lo tanto el delincuente no es sancionado. La "ropa sucia debe ser lavada en casa", porque deben mantener su imagen de "santas", no importa si es a cosa del sufrimiento ajeno.
Estos factores, entre otros, propician que organizaciones como las religiosas sean hervidero de abusadores quienes las utilizan para cometer sus delitos. Claramente no todos son malos (es obvio) pero lo que si es imputable a estas organizaciones es que no mejoren sus procedimientos internos para evitar abusos, que no cuiden a las personas a quienes ofrecen el espejismo de la seguridad y que, en vez de ello, en muchas oportunidades se proteja al delincuente en vez de a la víctima. En el caso del Ejercito de Salvación, pues pidieron disculpas... Bergoglio, ha reconocido los abusos... pero ¿es suficiente? hasta que cada organización no mejore sus procedimientos de modo que pueda prevenir y detectar abusos y, sobre todo, que fomente la denuncia y denuncie a las autoridades estatales los mismos y sea parte de la persecución penal (tomando el rol activo que su responsabilidad como entes donde se perpetraron los abusos las obligan) continuaremos leyendo estas historias.
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