lunes, 7 de febrero de 2011

Sobre la posición contraria al ateísmo en Guatemala. ¿Qué hay con esa cruzada contra el ateísmo militante?

De Luis F. Prieto:

Personalmente no me había dedicado a criticar y opinar sobre el ateísmo en medios digitales hasta la aparición de la columna de Gustavo Berganza “un presidente ateo” del 28 de abril de 2009. Lamentablemente llegué tarde para dejar alguna línea, pero me topé con alguien que se oponía a tal idea, lo dejaba muy claro en sus mensajes y además tenía un blog. Empecé con el fulano una discusión sumamente interesante, a tal punto que hemos seguido peleando sobre nuestras ideas por correo electrónico.

Debo decir que a mí me ha servido muchísimo discutir con una persona tan religiosa como lo es mi adversario y que además, es un tipo con una elevada cultura y un nivel académico muy alto, para entender su punto y darme yo cuenta que la “evidencia científica” de lo innecesario de los dioses para que hoy estemos aquí, no tiene ningún efecto sobre algunos. No hay una respuesta genérica para todos los religiosos, las respuestas deben ser hechas a la medida.

Un punto que quiero dejar claro desde el principio es que los religiosos, no entienden nada sobre el ateísmo, o por lo menos muy poco. La definición común “son los que niegan la existencia de dios” me parece cargada, parcial y con un sesgo propio de políticos. Argumentar sobre los genocidas comunistas parece suficiente para algunos la de descalificar a cualquier ateo.
Entender y poder explicar propiamente lo que es ateísmo es menester de nosotros.

En esta columna quiero opinar sobre lo cobardes que son los religiosos en cuanto a atacar al blanco fácil: el ateo.

Algunos religiosos, mientras más fanáticos mejor, se llenan la boca presumiendo de su ideología religiosa al referirse a los ateos, nos tratan de ignorantes, de ciegos incapaces de ver lo evidente que es para ellos el entendimiento de sus escrituras, de ser arrogantes y pretender querer ser nosotros “dioses”, de no tener valores morales por no aceptar las enseñanzas “morales” de la biblia y la más abstracta y etérea de todas las razones, la de no tener objetivos en la vida.

El problema de discutir con religiosos es la incompatibilidad de idiomas, es decir, mientras que nosotros recurrimos a respuestas materiales, ellos recurren a respuestas mágicas que van contra toda lógica y sentido común, pero ellos toman tan reales y valederas como que la formula química del agua es H2O.

Pongamos un ejemplo, yo puedo decir que los domingos me levanto temprano, me visto con mi traje de gala plateado, me voy al parque central y me pongo a aporrear un árbol. Cualquiera diría que estupidez, pero si digo que eso me demanda mi religión, que ese ritual me vino por “inspiración divina”, que me hace sentir moral, me da propósito a mi vida y sobre todo, lo hago con una tremenda fe que me llevara al paraíso, entonces en lugar de ser un simple acto propio de un esquizofrénico, pasa a la respetable categoría religiosa que hay que tolerar y sobre todo, no cuestionar. Así no se vale!!!!

Una técnica muy usada de la de los fanáticos es la de recurrir al bait & switch, la de cambiar de tema y salirse por la tangente. Preguntar qué prueba tengo yo que el ateísmo es verdadero, si he visto evidencia científica de la no existencia de dios, apelar a los descalificativos de cajón, si dios no existe como puede haber mundo y todo lo que le incluye, del cómo puedo creer que todo salió de la nada y un largo etc. Eso es muy propio de los demagogos, pero si dios fuera omnipotente, evidencia de su existencia habría y de sobra, salirse con la chorrada de dejarnos ver lo necesario solo para mantener la fuerza de la fe es absurdo y es una mala escusa.

La única demostración de los religiosos sobre su postura debería de ser sobre sus premisas, sobre los fundamentos y bases de su religión para demostrarse como verdadera y única. Decir que hay que creer en dios porque nadie puede demostrar evidencias que no existe es una escusa muy mala. O bien, tienen evidencia y argumentos, o solo son llamarada de tusas.

Entonces, muy suave se lo tienen los religiosos para descalificar a los ateos, recurriendo a la trampa y el engaño.

¿Cuándo veremos discusiones serias y frontales donde un católico defiende su postura que María era virgen y por eso Jesús (Emanuel) es dios contra un islámico?
¿Cuándo un católico le preguntara a un islámico si lo de Mahoma y su visita a Alá, en su caballo volador era alegoría y realmente se lo toma de forma literal?
¿Cuándo veremos un debate televisado entre un cientólogo contra un mormón donde aporte pruebas que Xenu, el guerrero galáctico es el responsable de traer al ser humano a la tierra hace no sé cuantos trillones de años, como según dicen sus escrituras.
¿Qué tal una discusión con los testigos de Jehová y las veces que han dado fecha para el final del mundo y por razones misteriosas han fallado?
¿Podrá algún hindú demostrar alguna evidencia de que Ganesha realmente tiene cuatro brazos y con eso convencer a un judío de cambiar de bando?

Los líderes religiosos no son tontos, saben que confrontando sus argumentos contra otras religiones lograrían solo una cosa, demostrar cuan ridículos y alejados de toda realidad humana son sus respectivas mitologías, queriendo mantener el status quo y los privilegios que ello conlleva, deben evitar a toda costa, tales encontronazos. Más fácil abalanzarse contra los ateos, se podrán perder unos pocos adeptos pero gente necesitada de un placebo mental siempre habrán más que escépticos necesitados de respuestas razonables y fundamentadas.

Julio Cesar, el memorable dictador romano tenía un dicho: Fere libenter homines id quod volunt credunt. Que traducido en buen español dice algo así como que los hombres creen en lo que quieren creer. Por eso siempre habrán demagogos que con muy buena retorica les convencerán a dedicar sus vidas por un ideal que les llevará a un paraíso mágico, a cambio de 30 monedas de plata.

Lo cierto es que el ateísmo está aquí para quedarse y lograrse su espacio en la sociedad, pero es cierto que ellos también están aquí para quedarse y el truco es el de encontrar una fórmula de convivencia independiente de las diferencias.

Mi punto final es que se debe conocer y entender muy rápido al adversario ideológico, decidir si vale la pena discutir y de ser afirmativo, utilizar herramientas propias para cada individuo.

2 comentarios:

Bartolomé dijo...

De cualquier manera creo que el ateismo está avanzando en las sociedades de manera constante durante este último siglo, que los estados y las leyes sean cada vez más laicas es una realidad. Las doctrinas que los ciudadanos conservan se irán perdiendo en la medida que la educación lógica y racional crezca. Yo veo un futuro alentador. Saludos.

Walle dijo...

EL FIN ESTA CERCA!!!....SI...el fin de la ceguera intelectual!

Las religiones son simplemente una parte nefasta de nuestro proceso evolutivo, necesario quizá...quien sabe?
Me averguenza imaginar cuánto se burlarán de esta generación los futuros humanos.

Excelente blog! Saludos...