miércoles, 3 de marzo de 2010

La humildad del creyente y los vídeos "Richard Dawkins y la humilidad de la ciencia"

Uno de los pseudoargumentos que los creyentes utilizan, una falacia por asociación que recurre a las emociones, es la humilidad.

Al creyente le han implantando la idea que es humilde al creer en lo que le han dicho. La humilidad es relacionada directamente con la sumisión a la creencia, ideas y dogmas que se le han repetido una y otra vez.

Sin embargo, objetivamente no hay nada más falso:

  1. El creyente cree que es hijo de un dios.
  2. El creyente cree que todo el Universo ha sido creado para el.
  3. El creyente cree que seres sobrenaturales pelean en un espacio sobrenatural por ganarle un alma que es inmortal, la cual tiene un valor tal que merece dicha guerra de seres ultrapoderosos. Dentro de esto, el creyente considera que existe un ser sobrenatural que día con día, minuto a minuto, se toma el tiempo de tentarlo para quedarse con dicha alma, y
  4. El creyente cree que su creencia es verdad absoluta, irrefutable e imposible que esté equivocada. De hecho considera que todos los demás (millones de personas) que no creen como él, son quienes se equivocan.

¿Eso es humildad? qué cada quien juzgue lo que considere oportuno. Personalmente creo que no puede estar más alejado de la definición de humildad.

Obviamente el creyente dice que es humilde, en contraposición de quienes alegan no creer en lo que dice. Considera que no es humilde el no sujetarse a las creencias y dogmas religiosos que le han inculcado. Piensa que todo aquél que no cree como él lo hace por falta de humildad, claro que es la humilidad mal entendida que él acepta, normalmente referida hacia la ciencia. Sin embargo, dicha postura está equivocada ya que si algo podemos entender como humilidad es la actitud de la ciencia respecto del conocimiento y respecto de sus propias limitaciones, pero quien mejor para explicárnoslo que Richard Dawkins, así que tomados del canal de skizocangi en YouTube los vídeos llamados Richard Dawkins y la humilidad de la ciencia.

Disfruten:



clic para ver u ocultar los siguientes dos vídeos (+/-)

4 comentarios:

Bayo dijo...

Hola:

Son cualquier cosa, menos humildes.
Excelente entrada (como siempre).

Saludos.

Bayo

Minerva dijo...

Hola
Precisamente ayer llegaron a mi casa los Testigos, según ellos a llevar la nueva buena.
Muy amablemente los invité a sentarse.
Los argumentos que señalas en tu post son los mismos que ellos manejaron (palabras mano o menos)
pero no pudieron sostener una base, por lo que optaron por retirarse.
Hubo un pequeño debate de opiniones sobre el origen del universo, la naturaleza, Jesús, ect.
Me sentí muy bien al poder debatir con alguien que no se cegara por la pasión de la fe.
Un saludo

Enrique Arias Valencia dijo...

Xibalba:

Eres genial. No he podido ver los videos, pero con lo que sostienes y con los comentarios de Bayo y Minerva, me basta, hasta que me pueda dar un tiempecito para mirar el material dawkinsiano.

¡Salud e inquieta alegría!

Enrique Arias Valencia dijo...

Hola, Xibalba.

Ya vi los videos. Son una obra maestra, aunque hay puntos en los que quizá nunca estaré de acuerdo con Dawkins.

Si me gusta coleccionar estampitas, seguro que mi hijo aprenderá a hacerlo cuando me vea.

Yo aprendí a leer porque vi a mi madre leer.

Otros niños aprenden a ir a la iglesia porque ven a sus padres ir a la iglesia.

¿Qué diferencia hay entre uno y otro hábito?

¿Realmente podemos exigirles a los padres que eduquen a sus hijos según nuestros intereses ateos/secularistas/democráticos?

¿No es eso un idealismo? ¡Padres que no transmiten sus costumbres a sus hijos! ¡Je je je! ¡Y esto lo pide un etólogo, alguien que sabe sobre comportamiento animal y que sabe que el hombre también es un animal!

Por partida doble, Dawkins no tiene excusa.

Si yo tuviese hijos (no te preocupes, que no los tendré) seguramente los educaría en el amor al vino, al juego y al desenfreno, porque ese es el ejemplo que les daría. Y aunque no haya niños dionisiacos, mis hijos, ¡pobrecillos! crecerían a la sombra sombría del más terrible vergel de Dionisos...

¡Nadie puede dar lo que no tiene! Y si lo único que tiene la mayor parte de la humanidad es devoción, pues eso es lo que dará.

Nos guste o no, nuestros hijos aprenden de nosotros, y no hay ninguno de nosotros que pueda brindar una educación perfecta en este mundo que se destaca por su soberana imperfección.

Nietzsche dice: "hay mucha mierda en el mundo, pero eso no significa que el mundo se aun monstruo merdoso".

Pero de todas formas, este mundo es una cordial invitación a soportar una que otra insana fetidez... heredada de nuestros padres, y que transmitiremos puntualmente a nuestros hijos.