viernes, 26 de marzo de 2010

Cuando se trata de justificar lo imposible: supuestos ataques a Benedicto y la Iglesia


En distintos medios católicos se ha regado la idea que las noticias que han salido a la luz respecto de la pedofilia que han cometido curas y han sido encubiertas por la jerarquía católica son un ataque contra Benedicto y la Iglesia.

¿Se podría ser más descarado?

Utilizar el dolor y el sufrimiento de otros para justificar un ataque dirigido a aquellos que no sólo conocieron, sino que tomaron parte activa en el delito encubriendo y solapando los abusos que curas cometían al amparo de sus calidades, es muy bajo.

Considerar que las quejas de las víctimas son un ataque es tan absurdo como argumentar que cualquier víctima de un delito ataca a su victimario al poner del conocimiento público el delito que se ha cometido en su contra.

Por su parte, la actividad de los medios de comunicación se basa en la libertad expresión. La misma se aplica por igual a cualquier institución pública o privada y a cualquier persona, algunas veces diciendo cosas que nos gustan y otras no, pero siempre en ejercicio del derecho de libertad de expresión y en consecuencia, del derecho de información del receptor. Considerar que trasladar información respecto de los casos de pederastia y abusos que la Iglesia encubrió es un ataque, es un razonamiento atribuible a un inquisidor y censurador... algo propio de la Iglesia precisamente.

A algunos católicos no les gusta escuchar que su Iglesia está podrida, pero contra los hechos no hay mucho que alegar, salvo situaciones absurdas como ataques y demás para justificar y acuerpar a delincuentes.

Claro que si los hechos presentados son falsos, corresponde a la Iglesia desvirtuarlos presentando las pruebas correspondientes.

De no ser así no se puede justificar lo que no tiene justificación. No existe ni existía motivo para encubrir a ningún delincuente.

Por otra parte ni existía ni existe motivo para penar de forma canónica a los curas, obviando el derecho interno de cada Estado. Probablemente a la Iglesia y sus fieles les alcance con un castigo canónico, pero a las personas comunes y corrientes, sujetas a leyes de aplicación terrenal, con relación entre el delito y la pena eso no es suficiente y se requiere que los delincuentes y sus cómplices y encubridores respondan ante la justicia.

2 comentarios:

Daerius dijo...

Cada vez da mas verguenza esta institucion, sinceramente, ya no ver semejantes obviedades de parte de los lideres que ellos mismo siguen me hace pensar seriamente en el estado mental en el que se encuentra la gran parte de la poblacion que se llaman a si mismos catolicos.

Jack Astron dijo...

De acuerdo con el artículo. Si son culpables deben ir a la cárcel como cualquier persona. Los amigos imaginarios no tienen jurisdicción acá abajo :)