lunes, 22 de marzo de 2010

Algunos comentarios respecto de la Carta Pastoral a los católicos de Irlanda de Benedicto


Leí la Carta Pastoral a los católicos de Irlanda que Benedicto emitió el 19 de marzo del 2010. Esperaba encontrar una disculpa abierta y sincera, alejada de excusas. Un reconocimiento humilde de haber encubierto por años a pedófilos y abusadores. Un compromiso de cambio junto con un procedimiento objetivo y claro para prevenir y castigar... pero no hay nada de eso.

De hecho no existe ni una sola disculpa de la Iglesia para con aquellos que fueron abusados. A lo más que llega Benedicto es a manifestar que en nombre de la Iglesia "... expreso abiertamente la vergüenza y el remordimiento que sentimos todos.", la carta tiene un pequeño apartado dedicado a las víctimas en el cual nunca se les pide disculpas sino que se centra en pedirles que ellos perdonen y que se acerquen nuevamente a la Iglesia...

Por si lo anterior no fuera poco, no existe ni una sola directriz directa para para prevenir que esto vuelva a ocurrir.

Eso sí, en el apartado que desarrolla "... medidas concretas para abordar la situación" se mencionan: ayuno, oraciones, lectura de la Sagrada Escritura y obras de misericordia por la gracia de la curación y la renovación de la Iglesia en Irlanda; adoración eucarística; oración ferviente, implorar la gracia de una fuerza renovada y un sentido más profundo de misión por parte de todos los obispos, sacerdotes, religiosos y fieles; convocación de una Visita Apostólica en algunas diócesis de Irlanda, así como en los seminarios y congregaciones religiosas; convocación a una misión a nivel nacional para todos los obispos, sacerdotes y religiosos... es obvio que a Benedicto le preocupa más arreglar la imágen de la Iglesia que sentar las bases de una institución que no permita la pedofilia o el encubrimiento ya que fácilmente puede darse cuenta cualquiera que lea de forma objetiva esta Carta que las "medidas concretas" son absurdas para enfrentar el problema y, sobre todo lo más triste es que ha identificado los motivos que lo generan:

... procedimientos inadecuados para determinar la idoneidad de los candidatos al sacerdocio y a la vida religiosa,

la insuficiente formación humana, moral, intelectual y espiritual en los seminarios y noviciados,

la tendencia de la sociedad a favorecer al clero y otras figuras de autoridad y una preocupación fuera de lugar por el buen nombre de la Iglesia y por evitar escándalos cuyo resultado fue la falta de aplicación de las penas canónicas en vigor y de la salvaguardia de la dignidad de cada persona.

¿Qué hará para establecer procedimientos adecuados para determinar la idoneidad de los candidatos?

¿Qué hará para generar una eficiente formación en los seminarios y noviciados?

¿Qué hará para favorecer el castigo objetivo y no tendencioso?

NADA. No hay nada que regule esto.

Aunado a ello están las excusas de siempre: secularización de la sociedad y pérdida de valores católicos y el haber dejado de lado ... las prácticas sacramentales y devocionales que sustentan la fe y la hacen crecer, como la confesión frecuente, la oración diaria y los retiros anuales... son para él, el marco donde deben entenderse los abusos cuando lo que en verdad favoreció este tipo de acciones ilegales fue el encubrimiento de la Iglesia.

La Carta es insultante. No hay más que decir.

1 comentario:

Enrique Arias Valencia dijo...

No cabe duda de que la jerarquía no quiere morir con dignidad.