Cardenal Lozano aclara que no condenó a homosexuales, solo citó a San Pablo, total Pablo no se puede defender...
A lo que Lozano se refiere es a la Carta de Pablo a los romanos específicamente el pasaje: 1, 21-31, pero ¿qué pasaría si se estudia a fondo dichos pasajes?, ¿efectivamente Pablo condena la homosexualidad por sí misma...?
Según este interesante estudio llamado Doce Mitos de las Interpretaciones Homofóbicas de Romanos 1:24-27 del Reverendo Dr. Tom Hanks (cosa rarísima a mí parecer) no es así.
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Doce Mitos de las Interpretaciones Homofóbicas de Romanos 1:24-27
Rev. Dr. Tom Hanks www.fundotrasovejas.org.ar
Romanos 1:16-2:16 Traducción
1:16-17 Las Buenas Nuevas de Jesús para los oprimidos 16 Porque, no me avergüenzo de las Buenas Nuevas [para los oprimidos], pues es el poder de Dios para la liberación integral de todo el que cree: del judío primeramente y también del griego. 17 Porque en este Evangelio la justicia liberadora de Dios se revela por fe y para fe; como está escrito: “Mas el justo por la fe vivirá” [Hab 2:4].
1:18-32 La elaboración de una trampa retórica: Las malas noticias para los opresores idólatras
18-23 La idolatría 18 Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda idolatría y opresión de los hombres, quienes con la opresión encarcelan la verdad, 19 porque lo que se conoce acerca de Dios es evidente entre ellos, pues Dios se lo hizo patente. 20 Porque desde la creación del mundo, sus atributos invisibles, su eterno poder y divinidad, se han visto con toda claridad, siendo entendidos por medio de lo creado, de manera que no tienen excusa 21 pues aunque conocían a Dios, no le honraron como a Dios ni le dieron gracias, sino que se hicieron vanos en sus razonamientos y su necio corazón fue entenebrecido. 22 Profesando ser sabios, se volvieron necios. 23 y cambiaron la gloria del Dios incorruptible por una imagen en forma de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles.
1:24-27 Deseos codiciosos e inmundicia sexual 24 Por consiguiente, Dios los entregó, en los deseos codiciosos de sus corazones, a la impureza/inmundicia, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos, 25 quienes cambiaron la verdad de Dios por la mentira, y adoraron y sirvieron a la criatura en lugar del Creador, que es bendito por los siglos. Amén. 26 Por lo tanto, Dios los entregó a pasiones deshonorables, pues sus mujeres cambiaron el uso (chresis) natural [para procreación] por el que es contra la naturaleza [para phusin, que evita la procreación]. 27 y asimismo, también los varones, dejando el uso (chresis) natural [para procreación] de la mujer, se encendieron en su lujuria unos con otros, varones con varones cometiendo hechos vergonzosos y recibiendo en sí mismos el castigo correspondiente a su error.
1:28-32 Catálogo de 21 vicios (y personas): injusticia, opresión, violencia [nada sexual; RV “fornicación” es un error textual] 28 Y así como ellos no tuvieron a bien reconocer a Dios, Dios los entregó a una mente depravada, para que hicieran las cosas que no conviene, 29 habiendo sido llenados con toda
1-4 Opresión/injusticia, maldad, codicia/avaricia, malicia,
5-9 colmados de envidia, de homicidio, de pleitos, de engaños, de malignidad,
10 chismosos,
11 [30] difamadores,
12 aborrecedores de Dios,
13 insolentes/matones,
14 arrogantes,
15 jactanciosos,
16 inventores de proyectos nefastos,
17 desobedientes a los padres,
18 [31] sin discernimiento,
19 infieles,
20 sin afecto,
21 sin misericordia;
[32] quienes saben el decreto de Dios, que los que tales cosas practican son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también aplauden a los que las practican.
2:1-16 Salta la Trampa Retórica: El juicio justo divino de jueces hipócritas 1 Por lo tanto, no tienes excusa, oh hombre, quienquiera que seas tú que juzgas, pues al juzgar a otro, a ti mismo te condenas, porque tu que juzgas practicas las mismas cosas. 2 Y sabemos que el juicio de Dios corresponde a la verdad contra los
que practican tales cosas. 3 ¿Y piensas esto, oh hombre, tú que condenas a los que practican tales cosas y hacen lo mismo, que escaparás al juicio de Dios? 4 ¿O desprecias las riquezas de su bondad, tolerancia y paciencia, ignorando que la bondad de Dios te guía al arrepentimiento? 5 Mas por causa de tu terquedad y de tu corazón no arrepentido, estás atesorando para ti ira en el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios, 6 el cual pagará a cada uno conforme a sus obras [Sal 62:12; Prov 24:12]. 7 a los que por la perseverancia [varonil] en hacer bien buscan gloria, honor e inmortalidad: vida eterna; 8 pero a los egoístas y los que no obedecen la verdad, sino que obedecen la injusticia/opresión: ira e indignación. 9 Aflicción y escasez para toda alma humana que practica maldad, del judío primeramente y también del griego; 10 pero gloria y honor y paz para todo el que hacen lo bueno, al judío primeramente y también al griego. 11 Porque en Dios no hay acepción de personas [favoritismo]. 12 Pues todos los que han pecado sin la ley, sin la ley también perecerán; y todos los que han pecado bajo la ley, por la ley serán juzgados; 13 porque no son los oidores de la ley los justos ante Dios, sino los que cumplen
la ley, ésos serán justificados [en el juicio final venidero]. 14 Porque cuando los gentiles, que no tienen la ley por naturaleza, las cosas de la ley cumplen, ellos, aunque no tienen la ley, son una ley para si mismos, 15 ya que muestran la obra de la ley escrita en sus corazones, su conciencia dando testimonio, y sus pensamientos
acusándolos unas veces y otras veces defendiéndolos 16 en el día en que, según mi evangelio, Dios juzgará los secretos de los hombres mediante Mesías Jesús.
Los Doce Mitos
1 “En Romanos 1 Pablo enseña que las personas homosexuales han escogido su vicio y que Dios las castigará por su abominación.” Más bien Pablo indica que la humanidad entera, en una época pasada, rechazó al Dios verdadero y escogió la idolatría (1:18-23, 25, 28). Por eso, sufrió el castigo divino de ser entregada a la “impureza/ suciedad” sexual (1:24-27) y la injusticia (1:28-32). Según Pablo, entonces, la impureza sexual de 1:24, 26-27 no constituye el pecado, sino el castigo por el pecado de la idolatría.
2 “En Romanos 1 Pablo indica como ciertos individuos, por su idolatría, se hacen homosexuales. En Romanos 1 Pablo nunca hace referencia al concepto moderno científico de la orientación sexual y nunca refiere a individuos. Más bien emplea el género literario común de una “decaimiento de una civilización” para explicar como la raza humana entera en una época no especificada (1) rechazó el Dios verdadero y optó por la
idolatría (1:18-23-, 25, 28); y (2) sufrió el castigo divino de ser abandonada a la injusticia (1:18, 28-32) e “inmundicia/impureza” sexual (1:24-27).
3 “En Romanos 1-2 Pablo demuestra porque, entre los gentiles (idólatras) la homosexualidad fue común, pero (casi) desconocida entre los judíos y cristianos”. Tanto la literatura antigua como los estudios científicos modernos demuestran que no existe ninguna correlación entre la fe monoteísta (judía, cristiana, islámica) y la
orientación heterosexual, ni tampoco entre una religión “idólatra” (con imágenes de Dios/dioses) y una orientación homosexual/bisexual. Así los varones del tribu de Benjamín procuraron violar al levita hospedado con ellos (Jueces 19:12-22; ver los varones de Sodoma, Gén 19). En Romanos Pablo señala que los judíos y otros que condenan a la gente idólatra “hacen las mismas cosas” (2:1), y en la misma carta cuenta como en su despertar sexual adolescente experimentó la tentación de “todo tipo de codícia/lujuria” (7:8; usando la misma palabra griega que describe las impurezas/inmundicias sexuales den 1:24).
4 “En Romanos 1:26 Pablo condena a las lesbianas”. En Rom 1:26 Pablo no habla de mujeres que “abandonaron” sus maridos o “cambiaron” compañeros sexuales varones por mujeres (cp los varones en 1:27), sino de mujeres que cambiaron sus prácticas sexuales (procreativas) por prácticas “contra la naturaleza”--es decir se ofrecieron a varones para el sexo anal, evitando así la procreación. Hasta ca. 400 d.C. los padres de la iglesia, Clemente de Alejandría y San Agustín incluso, reconocieron que Rom 1:26 refiere a mujeres que se ofrecieron a compañeros masculinos para el sexo anal, evitando así la procreación. Así, Clemente (ca 250 d.C.), el primer teólogo sexual significativo, siguió su cita de Romanos 1:26-27, comentando que “¡La naturaleza no ha permitido ni a los animales más sucios procrear por medio del pasaje de la evacuación! (Paedagogus II.87.1). De esta manera Clemente indica que ambos versículos refieren al sexo anal (mujeres con varones, 1:26; varones con varones, 1:27). Por lo tanto, el vínculo entre los dos versículos (1:27, homoios,
“asimismo”), no es nuestro concepto moderno de “homosexualidad” sino la práctica antigua de sexo anal.
Cada uno de los seis otros textos bíblicos que refieren a prácticas homoeróticas (abusivas) refieren solamente a varones (Gén 19, Sodoma); Lev 18:22; 20:13; 1 Cor 6:9; 1 Tim 1:10; Judas 7). Pablo, quien proclamó a Cristo como el “fin” (telos) de la Ley (Rom 10:4), jamás hubiera inventado una nueva ley, una prohibición ética
absoluta contra el lesbianismo. Así, ni la Biblia Hebrea (“Antiguo Testamento”), ni el Nuevo Testamento, ni el Corán refiere o condena al homoeroticismo femenino, las relaciones sexuales entre mujeres (el “lesbianismo”).
El error de interpretar Rom 1:26 como una referencia a relaciones sexuales entre dos mujeres (“lesbianas”) fue introducido por Juan Crisóstomo (ca. 400 d.C.) y así en la Edad Medieval esta nueva interpretación “liberal” reemplazó la interpretación tradicional/conservador/histórica de la iglesia que interpretó Rom 1:26 como una
referencia al sexo anal de mujeres con varones.
5 “En Romanos 1:24-27 Pablo condena todos los actos sexuales de amor entre varones”. Rom 1:24-27 nunca refiere al amor (cp 13:8-10). Lo que Pablo condena es la codicia y lujuria egoísta (la “pasión” excesiva, irracional, 1:24, 26-27) del mundo idólatra Gentil (1:25, 18-23), que se expresa en los actos sexuales de injusticia/opresión (1:18, 29). Tales actos incluyeron: (1) actos sexuales procreativos entre varones con mujeres (1:24); (2) las mujeres que se ofrecieron a varones para el sexo anal “contra la naturaleza”, evitando así la procreación (1:26), y (3) el sexo anal masculino (1:27), que se utilizó para (a) la corrupción de jóvenes; (b) la explotación de esclavos y prostitutos; (c) especialmente en la promiscuidad de los cultos paganos de
fertilidad—todo dañoso a los compañeros más débiles “penetrados” (si fueron esclavos, no tenían opción y comúnmente el esclavo también era joven y prostituido; ver los traficantes de tales esclavos en 1 Tim 1:10).
6 “En Romanos 1:24-27 Pablo condena todos los actos homosexuales como pecado”. Rom 1:24-27 no hace ninguna referencia al “pecado”, sino que trata de las pasiones y actos sexuales bajo la categoría cultural de impureza/suciedad/inmundicia” (1:24), que, según los antropólogos, describe cosas materiales “fuera de su lugar apropiado” (como café que mancha una camisa). Cuando el semen o la sangre salen del cuerpo, las
personas quedan “inmundas/sucias/impuras” y descalificadas para entrar en el tabernáculo/Templo y participar en el culto. Tanto más el semen depositado “fuera del lugar” en el sexo anal dejó a las personas “inmundas”.
No obstante, posteriormente en la carta Pablo lleva a cabo un tipo de "deconstrucción” de este concepto tradicional de “suciedad/impureza/inmundicia”, pues insiste que para los cristianos “no hay nada impuro/sucio en sí” (Rom 14:14, 20; ver también Tito 1:15 y Jesús en Marcos 7:19).
7 “En Romanos Pablo demuestra que la homosexualidad es una abominación, el pecado más grave”. Pablo nunca habla de la “homosexualidad” ni del “pecado” en Romanos 1:24-27. La “impureza” sexual en 1:24 no es el pecado sino el castigo divino de gente idólatra que Dios abandonó. Cuando Romanos 1:18-23 enfoca el pecado, hace hincapié en la idolatría y la injusticia/opresión (1:18, 23; cp. 25, 29) y termina la lista de vicios
con referencia a gente “sin misericordia” (28-31; cp. Jesús en Mateo 25:31-46, donde nadie queda excluida de su Reino por pecados cometidos, sino por falta de misericordia y amor solidario con los pobres, débiles y oprimidos). En Rom 1:24-27, al describir la impureza sexual de la gente idólatra, Pablo indica que sus actos
sexuales eran motivados por la codicia/lujuria (contra el Décimo de los Diez Mandamientos). La trampa retórica que Pablo hace saltar en Rom 2:1-16 hace patente que la arrogancia y la hipocresía de cualquier que piensa juzgar a los gentiles de 1:18-32 es algo más grave que los pecados señalados (en 1:18-23, 28-32) y la
impureza/inmundicia sexual (en 1:24-27).
8 “En Romanos 1:26-27 Pablo condena todos los actos homoeróticos por ser ‘contra la naturaleza’” . La “naturaleza” no es una categoría de la teología bíblica (es ausente de la Biblia Hebrea y los cuatro evangelios), sino un concepto filosófico griego (especialmente estoico) que Pablo emplea en sentidos muy distintos. Jesús y la Biblia Hebrea siempre hablaron más bien del Creador y su creación (Gén 1-2; Sal 104, etc.). En Rom 1:26 Pablo describe el sexo anal entre mujer y varón (para evitar el embarazo) como “contra la naturaleza”; asimismo en 1:27 el sexo anal entre dos varones, que también evita la procreación. Sin embargo, como el concepto judío de la “impureza” sufre un tipo de “deconstrucción” en Romanos, también Pablo indica que cada acto de circuncisión es un acto contra “la naturaleza” (Rom 2:27), que los Gentiles no tienen la Ley “por naturaleza/nacimiento” (2:14) y que Dios mismo continuamente actúa “contra la naturaleza” (11:24, en la conversión de los gentiles; cp todos los milagros de Jesús y los apóstoles; cp 1 Cor 11:14-15, las mujeres tienen pelo largo “por naturaleza/costumbre”). Además, ahora los biólogos han observado que los actos homoeróticos son comunes en mas de 1500 especies de animales, y entre los seres humanos: lo que es “natural” para algunos es “contra la naturaleza” de otros (como en la preferencia de la mano zurda).
9 “En Romanos 1:24-27 Pablo condena los actos homoeróticos por ser ’vergonzosos’”. Los conceptos de “vergüenza” y honor/deshonra, como los de la “impureza/suciedad” y “contra/naturaleza”, también sufren un tipo de deconstrucción en el desarrollo de la carta. En Rom 1:24 y 26-27 Pablo describe la codicia y los actos sexuales de lujuria como “deshonorables/vergonzos” en la sociedad patriarcal de su época (con su preocupación en la procreación de hijos herederos). Sin embargo, el párrafo clave de la carta (Rom 3:21-16) revela como Dios demuestra su justicia liberadora para la redención de la humanidad por medio de la muerte de Jesús, cuya crucifixión representa la experiencia más vergonzosa--y Pablo insiste que de este evangelio, de un Mesías crucificado, ¡“No me avergüenzo”! (Rom 1:16-17). Más bien afirma dos veces que ninguno que cree en este Mesías crucificado debe avergonzarse (Rom 9:33; 10:11) sino “jactarse” (tres veces: 5:2-3,11), aún en medio de la opresión y persecución que normalmente avergüenza a los víctimas. Es decir, Pablo enseña a sus lectores a
“discernir” (12:1-2): existe una vergüenza merecida, entre gente culpable de actos de lujuria y explotación sexual de los débiles; no obstante, los creyentes en un Mesías crucificado deben “despreciar” la vergüenza inmerecida que una sociedad opresora procura provocar entre los débiles y oprimidos (Hebreos 12:2).
10 “El hecho que Pablo condena el ‘cambio’ del Dios verdadero por los ídolos (Rom 1:23, 25) implica que también condena a las hembras que ‘cambiaron’ sus practicas sexuales (1:26) y a los varones que ‘dejaron’ a las mujeres para tener sexo anal con otros varones (1:27) pues trata tales cambios como pecados sexuales comparables con la idolatría”. La repetición del vocabulario de “cambiar/dejar” en la retórica paulina de 1:23-27 no es para proponer absolutos éticos, sino para atrapar al lector orgulloso de su superioridad moral (2:1).
De hecho, el vocabulario de “cambio” (1:23, 25, 26-27) en la trampa retórica es otro elemento que sufre una deconstrucción posteriormente en la carta, pues Pablo declara que la trasformación (el cambio radical) es la esencia de la santificación (12:1-2). Por lo tanto, el lector que salta a la conclusión que 1:26-27 implica una prohibición absoluta-universal contra toda actividad homoerótica solamente cae más rápido en la trampa retórica que Pablo prepara para los arrogantes jueces que condenan a los demás (2:1-16). De hecho, Pablo es el gran Teólogo de Cambio quien procuró la transformación continua de la mente y la praxis cristiana y aun esperaba la renovación total del cosmos (Rom 2:1-2; 8:18-25; ver 2 Cor 5:17). Los cambios denunciados en Rom 1:23-27 son los que deshonran a Dios y dañan al prójimo (1:23, 25), cambios de prácticas (26) y de parejas (27) sexuales que manifiestan el pecado de “codicia” (24, cp 26-27) que Colosenses y Efesios identifica como una especie de idolatría (Col 3:5; Ef 5:5). Por eso, para evaluar los cambios requiere discernimiento: la mujer cuyo marido muere, al casarse con otro, puede así “cambiar” de compañero sexual sin ser “adultera” (Rom 7:1-3); asimismo, cuando es otro acto de amor que no hace daño al prójimo, como la Ley del levirato en Deut 25:5-10, una mujer podría “cambiar” de compañero siete veces (Mc 12:18-27!).
11 “Aunque en Rom 1:26-27 Pablo no califica a los actos homosexuales como pecaminosos’, sabemos que así los consideraba, porque en Génesis 1-2 Dios creó solamente dos sexos, varón y hembra, designados a complementarse mutuamente, no solamente biológicamente en las relaciones sexuales, sino también en las relaciones interpersonales del matrimonio”. Además de la función biológica para procrear (ahora usualmente obstaculizada “contra la naturaleza” por los medios de contracepción), la “complementariedad” de género es solamente la nueva jerga fundamentalista que promueve la inferioridad de las mujeres y la sumisión que “complementa” la supuesta superioridad del varón. De hecho, el concepto de “complementariedad” es el producto del romanticismo de los siglos 18-19, pero ahora anacrónicamente impuesto en los textos bíblicos, donde las relaciones de género comúnmente fueron jerárquicas, no complementarias.
12 “En Romanos 1:18-32 Pablo demuestra una comprensión científica de la homosexualidad que supera la de los científicos incrédulos modernos (que apoyan la “agenda gay”). El discurso del Apóstol en la trampa retórica de Rom 1:18-32 no pretende exponer ninguna comprensión científica de la sexualidad humana, sino
que denuncia la impiedad e injusticia/opresión de los idolatras y la codicia e impureza/inmundicia sexual que la raza humana sufrió desde el principio. Sin embargo, ni la Biblia Hebrea ni la historia secular narra tal “caída” de la raza humana (todos originalmente monoteístas heterosexuales, según esta versión paulina). Por lo tanto,
es común concluir que en Romanos 1:18-32 Pablo utiliza algún mito o leyenda judía en la construcción de su trampa retórica (ver las parábolas de Jesús). Pero aun si el Apóstol refiere a un evento real, él habla de una experiencia “pre-histórica” de la raza entera. No dice nade sobre el desarrollo psicológico de individuos modernos. Así, al hablar de una “caída” prehistórica (¿mítica/legendaria?) de los antepasados de la raza humana (1:18-23), Pablo no dice nada sobre un joven hoy que reconoce su orientación sexual desde la adolescencia y así nunca tiene relaciones sexuales con mujeres (cp 1:27). Si un “cambio” en sí fuera pecaminoso, entonces un Pablo informado y coherente debe animar tal joven a seguir fielmente con su pareja del mismo sexo.
Así, al denunciar “cambios” (Rom 1:23-27), Pablo no ofrece ninguna base por condenar un varón homosexual quien, sin jamás haber tenido relaciones con una mujer, establece una relación exclusiva y permanente con otro varón para vivir fielmente en amor. Tal vez Pablo no conoció tales relaciones, pero no podemos tergiversar sus palabras para condenar algo que el Apóstol no mencionó o ni conoció. En tales casos, el “cambio” que hace daño sería lo que proponen los ministerios “Ex–Gay”, que, con una población devastada por SIDA, procuran romper tales relaciones estables para imponer “matrimonios” heterosexuales—experimentos pseudos-científicos que por lo general terminan con divorcios, depresiones, adicciones y suicidios.
Conclusiones:
1 Los descubrimientos científicos nos ayudan entender que ni ser zurdo ni ser homosexual es una consecuencia de la idolatría o la religión de ciertos antepasados, sino que representa una variación común entre más de 1500 especies de animales--y entre los seres humanos de todo lugar, ideología y religión (Chandler Burr 2008).
Algunos recientemente han señalado que ciertos astrólogos antiguos observaron una diversidad de preferencias sexuales constantes, pero de acuerdo con la superstición común, atribuyeron tal diversidad de preferencia a la influencia de las estrellas. Pablo no da evidencia de tal conocimiento y, por supuesto, no propuso ninguna
explicación astrológica. De hecho el estudio psicológico principal de Pablo aun concluye que el Apóstol mismo era una persona de orientación homosexual, pero reprimido (ver mito 3 arriba).
2 Algunos temerían que al decir que Pablo utilizó un mito o leyenda en Romanos implicaría negar la inspiración y verdad de la Biblia. Pero los autores de Biblia utilizaron una gran variedad de géneros literarios y la iglesia por siglos malinterpretó �� Cantar de Cantares como una alegoría en vez de reconocerlo como poesía erótica. Como Jesús utilizó la “semilla de mostaza” (sin precisión científica) en una parábola para ilustrar los principios de su Reino (Mateo 13:31-32), Pablo parece referir a un tipo de “mito/leyenda” (una caída prehistórica de una raza totalmente monoteísta y “heterosexual” en sus prácticas). Tal concepto implica una
ignorancia pre-científica de la evolución y de la metodología de un historiador moderno. Pablo tampoco demuestra comprensión de la orientación sexual, una nueva percepción científica desarrollada a partir del siglo XIX.
3 Pablo hace hincapié en un elemento normativo: condena la codicia (1:24ª, 26ª, 27b), el exceso de pasión (irracional e injusto) prohibido en el Décimo Mandamiento, que es normativo en toda la carta (13:8-10; ver 6:12; 7:7-8). Los actos sexuales en 1:24-27 son ejemplos de tales “excesos” (13:13) que hacen daño al prójimo (13:8-14). Los demás cuatro elementos en la retórica paulina (inmundicia, vergüenza, contra la naturaleza, cambio) no representan normas “éticas” universales y permanentes, pues todos sufren una deconstrucción posteriormente en la carta. Al final de la carta Pablo propone normas para la sexualidad en las iglesias (por ejemplo, el adulterio que quita la propiedad sexual del prójimo; Rom 13:8-14). Pero las únicas prohibiciones
provienen de los Diez Mandamientos (#7 adulterio; #10 codicia), “excesos” (13:13) que hacen daño al prójimo, en vez del amor que edifica la comunidad (12:3-21). Cuando el sexo anal es una manifestación de codicia sexual, lujuria y explotación sexual, (sea mujer-varón o entre varones) ya es condenada en el Décimo Mandamiento. Pero nada sugiere que Pablo propone condenar todo acto sexual no-procreativo (“contra la
naturaleza”), o que se calificó como “inmundicia” según la Ley, o fue considerado “deshonorable/vergonzoso” según las sociedades patriarcales, o se constituyó un cambio de las prácticas sexuales anteriores.
4 Ejemplos bíblicos innumerables hacen patente el peligro de tomar prohibiciones que aparecen generales como absolutos éticos sin excepciones. Por ejemplo, (a) el “No matarás”, #6 de los Diez Mandamientos (Ex 20:13 // Deut 5:17 parece ser absoluto hasta que recordemos que la pena de muerte fue mandado por infracciones de innumerables leyes y que en ciertas guerras Deuteronomio mandó la matanza de los enemigos, incluso mujeres y niños (Deut 7:1-4); (b) la Biblia Hebrea ordenó la pena de muerte por no observar el descanso del Sábado, aun por solamente recoger leña (Ex 20:8-11 // Deut 5:12-15; Núm 15:32-36), pero Jesús y Pablo hicieron excepciones (Mk 2:23-28; Rom 14:5-8); (c) Jesús prohibió el divorcio (Mc 10:11-12) pero otros
textos hacen excepciones (1 Cor 7) y en otros contextos Dios aun manda el divorcio (Génesis 21:8-21 Esdras 10:3; Neh 9:2; 13:23-27); (d) “Si alguno no quiere trabajar, que tampoco coma” (2 Tes 3:10), pero con las excepciones obvias de niños, enfermos y discapacitados; (e) los primeros creyentes “tenían todas las cosas en común” (Hechos 2:44); “con la excepción de esposas” apuradamente añadió (Tertulliano, El Apologético
XXXIX.4; (f) 1 Tim 2:9-10 prohibe “joyas de oro, vestidos lujosos”, también condenados en 1 Pedro 3:3-4; Isa 3:16-26 y Os 2:15; pero alabados en �� Cantares (1:10-11; 4:9; 7:1/2) y mandado como parte del vestido sacerdotal (Ex 28; 39); por lo tanto “No es una prohibición absoluta para personas de fe” (Longman 2001:104).
Por lo tanto, asi son las denuncias del sexo anal cuando es una expresión de idolatría y codicia en Rom 1:26-27.
5 En ninguna parte de los escritos de Pablo, podemos encontrar una referencia a una pareja adulta cristiana gay o lésbica en una relación de amor comprometido. Tal vez tales relaciones fueron desconocidas al Apóstol, pero no debemos tergiversar sus palabras para condenar algo que decidió no mencionar o que ni sabía que existiera.
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1:16-17 Las Buenas Nuevas de Jesús para los oprimidos 16 Porque, no me avergüenzo de las Buenas Nuevas [para los oprimidos], pues es el poder de Dios para la liberación integral de todo el que cree: del judío primeramente y también del griego. 17 Porque en este Evangelio la justicia liberadora de Dios se revela por fe y para fe; como está escrito: “Mas el justo por la fe vivirá” [Hab 2:4].
1:18-32 La elaboración de una trampa retórica: Las malas noticias para los opresores idólatras
18-23 La idolatría 18 Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda idolatría y opresión de los hombres, quienes con la opresión encarcelan la verdad, 19 porque lo que se conoce acerca de Dios es evidente entre ellos, pues Dios se lo hizo patente. 20 Porque desde la creación del mundo, sus atributos invisibles, su eterno poder y divinidad, se han visto con toda claridad, siendo entendidos por medio de lo creado, de manera que no tienen excusa 21 pues aunque conocían a Dios, no le honraron como a Dios ni le dieron gracias, sino que se hicieron vanos en sus razonamientos y su necio corazón fue entenebrecido. 22 Profesando ser sabios, se volvieron necios. 23 y cambiaron la gloria del Dios incorruptible por una imagen en forma de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles.
1:24-27 Deseos codiciosos e inmundicia sexual 24 Por consiguiente, Dios los entregó, en los deseos codiciosos de sus corazones, a la impureza/inmundicia, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos, 25 quienes cambiaron la verdad de Dios por la mentira, y adoraron y sirvieron a la criatura en lugar del Creador, que es bendito por los siglos. Amén. 26 Por lo tanto, Dios los entregó a pasiones deshonorables, pues sus mujeres cambiaron el uso (chresis) natural [para procreación] por el que es contra la naturaleza [para phusin, que evita la procreación]. 27 y asimismo, también los varones, dejando el uso (chresis) natural [para procreación] de la mujer, se encendieron en su lujuria unos con otros, varones con varones cometiendo hechos vergonzosos y recibiendo en sí mismos el castigo correspondiente a su error.
1:28-32 Catálogo de 21 vicios (y personas): injusticia, opresión, violencia [nada sexual; RV “fornicación” es un error textual] 28 Y así como ellos no tuvieron a bien reconocer a Dios, Dios los entregó a una mente depravada, para que hicieran las cosas que no conviene, 29 habiendo sido llenados con toda
1-4 Opresión/injusticia, maldad, codicia/avaricia, malicia,
5-9 colmados de envidia, de homicidio, de pleitos, de engaños, de malignidad,
10 chismosos,
11 [30] difamadores,
12 aborrecedores de Dios,
13 insolentes/matones,
14 arrogantes,
15 jactanciosos,
16 inventores de proyectos nefastos,
17 desobedientes a los padres,
18 [31] sin discernimiento,
19 infieles,
20 sin afecto,
21 sin misericordia;
[32] quienes saben el decreto de Dios, que los que tales cosas practican son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también aplauden a los que las practican.
2:1-16 Salta la Trampa Retórica: El juicio justo divino de jueces hipócritas 1 Por lo tanto, no tienes excusa, oh hombre, quienquiera que seas tú que juzgas, pues al juzgar a otro, a ti mismo te condenas, porque tu que juzgas practicas las mismas cosas. 2 Y sabemos que el juicio de Dios corresponde a la verdad contra los
que practican tales cosas. 3 ¿Y piensas esto, oh hombre, tú que condenas a los que practican tales cosas y hacen lo mismo, que escaparás al juicio de Dios? 4 ¿O desprecias las riquezas de su bondad, tolerancia y paciencia, ignorando que la bondad de Dios te guía al arrepentimiento? 5 Mas por causa de tu terquedad y de tu corazón no arrepentido, estás atesorando para ti ira en el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios, 6 el cual pagará a cada uno conforme a sus obras [Sal 62:12; Prov 24:12]. 7 a los que por la perseverancia [varonil] en hacer bien buscan gloria, honor e inmortalidad: vida eterna; 8 pero a los egoístas y los que no obedecen la verdad, sino que obedecen la injusticia/opresión: ira e indignación. 9 Aflicción y escasez para toda alma humana que practica maldad, del judío primeramente y también del griego; 10 pero gloria y honor y paz para todo el que hacen lo bueno, al judío primeramente y también al griego. 11 Porque en Dios no hay acepción de personas [favoritismo]. 12 Pues todos los que han pecado sin la ley, sin la ley también perecerán; y todos los que han pecado bajo la ley, por la ley serán juzgados; 13 porque no son los oidores de la ley los justos ante Dios, sino los que cumplen
la ley, ésos serán justificados [en el juicio final venidero]. 14 Porque cuando los gentiles, que no tienen la ley por naturaleza, las cosas de la ley cumplen, ellos, aunque no tienen la ley, son una ley para si mismos, 15 ya que muestran la obra de la ley escrita en sus corazones, su conciencia dando testimonio, y sus pensamientos
acusándolos unas veces y otras veces defendiéndolos 16 en el día en que, según mi evangelio, Dios juzgará los secretos de los hombres mediante Mesías Jesús.
Los Doce Mitos
1 “En Romanos 1 Pablo enseña que las personas homosexuales han escogido su vicio y que Dios las castigará por su abominación.” Más bien Pablo indica que la humanidad entera, en una época pasada, rechazó al Dios verdadero y escogió la idolatría (1:18-23, 25, 28). Por eso, sufrió el castigo divino de ser entregada a la “impureza/ suciedad” sexual (1:24-27) y la injusticia (1:28-32). Según Pablo, entonces, la impureza sexual de 1:24, 26-27 no constituye el pecado, sino el castigo por el pecado de la idolatría.
2 “En Romanos 1 Pablo indica como ciertos individuos, por su idolatría, se hacen homosexuales. En Romanos 1 Pablo nunca hace referencia al concepto moderno científico de la orientación sexual y nunca refiere a individuos. Más bien emplea el género literario común de una “decaimiento de una civilización” para explicar como la raza humana entera en una época no especificada (1) rechazó el Dios verdadero y optó por la
idolatría (1:18-23-, 25, 28); y (2) sufrió el castigo divino de ser abandonada a la injusticia (1:18, 28-32) e “inmundicia/impureza” sexual (1:24-27).
3 “En Romanos 1-2 Pablo demuestra porque, entre los gentiles (idólatras) la homosexualidad fue común, pero (casi) desconocida entre los judíos y cristianos”. Tanto la literatura antigua como los estudios científicos modernos demuestran que no existe ninguna correlación entre la fe monoteísta (judía, cristiana, islámica) y la
orientación heterosexual, ni tampoco entre una religión “idólatra” (con imágenes de Dios/dioses) y una orientación homosexual/bisexual. Así los varones del tribu de Benjamín procuraron violar al levita hospedado con ellos (Jueces 19:12-22; ver los varones de Sodoma, Gén 19). En Romanos Pablo señala que los judíos y otros que condenan a la gente idólatra “hacen las mismas cosas” (2:1), y en la misma carta cuenta como en su despertar sexual adolescente experimentó la tentación de “todo tipo de codícia/lujuria” (7:8; usando la misma palabra griega que describe las impurezas/inmundicias sexuales den 1:24).
4 “En Romanos 1:26 Pablo condena a las lesbianas”. En Rom 1:26 Pablo no habla de mujeres que “abandonaron” sus maridos o “cambiaron” compañeros sexuales varones por mujeres (cp los varones en 1:27), sino de mujeres que cambiaron sus prácticas sexuales (procreativas) por prácticas “contra la naturaleza”--es decir se ofrecieron a varones para el sexo anal, evitando así la procreación. Hasta ca. 400 d.C. los padres de la iglesia, Clemente de Alejandría y San Agustín incluso, reconocieron que Rom 1:26 refiere a mujeres que se ofrecieron a compañeros masculinos para el sexo anal, evitando así la procreación. Así, Clemente (ca 250 d.C.), el primer teólogo sexual significativo, siguió su cita de Romanos 1:26-27, comentando que “¡La naturaleza no ha permitido ni a los animales más sucios procrear por medio del pasaje de la evacuación! (Paedagogus II.87.1). De esta manera Clemente indica que ambos versículos refieren al sexo anal (mujeres con varones, 1:26; varones con varones, 1:27). Por lo tanto, el vínculo entre los dos versículos (1:27, homoios,
“asimismo”), no es nuestro concepto moderno de “homosexualidad” sino la práctica antigua de sexo anal.
Cada uno de los seis otros textos bíblicos que refieren a prácticas homoeróticas (abusivas) refieren solamente a varones (Gén 19, Sodoma); Lev 18:22; 20:13; 1 Cor 6:9; 1 Tim 1:10; Judas 7). Pablo, quien proclamó a Cristo como el “fin” (telos) de la Ley (Rom 10:4), jamás hubiera inventado una nueva ley, una prohibición ética
absoluta contra el lesbianismo. Así, ni la Biblia Hebrea (“Antiguo Testamento”), ni el Nuevo Testamento, ni el Corán refiere o condena al homoeroticismo femenino, las relaciones sexuales entre mujeres (el “lesbianismo”).
El error de interpretar Rom 1:26 como una referencia a relaciones sexuales entre dos mujeres (“lesbianas”) fue introducido por Juan Crisóstomo (ca. 400 d.C.) y así en la Edad Medieval esta nueva interpretación “liberal” reemplazó la interpretación tradicional/conservador/histórica de la iglesia que interpretó Rom 1:26 como una
referencia al sexo anal de mujeres con varones.
5 “En Romanos 1:24-27 Pablo condena todos los actos sexuales de amor entre varones”. Rom 1:24-27 nunca refiere al amor (cp 13:8-10). Lo que Pablo condena es la codicia y lujuria egoísta (la “pasión” excesiva, irracional, 1:24, 26-27) del mundo idólatra Gentil (1:25, 18-23), que se expresa en los actos sexuales de injusticia/opresión (1:18, 29). Tales actos incluyeron: (1) actos sexuales procreativos entre varones con mujeres (1:24); (2) las mujeres que se ofrecieron a varones para el sexo anal “contra la naturaleza”, evitando así la procreación (1:26), y (3) el sexo anal masculino (1:27), que se utilizó para (a) la corrupción de jóvenes; (b) la explotación de esclavos y prostitutos; (c) especialmente en la promiscuidad de los cultos paganos de
fertilidad—todo dañoso a los compañeros más débiles “penetrados” (si fueron esclavos, no tenían opción y comúnmente el esclavo también era joven y prostituido; ver los traficantes de tales esclavos en 1 Tim 1:10).
6 “En Romanos 1:24-27 Pablo condena todos los actos homosexuales como pecado”. Rom 1:24-27 no hace ninguna referencia al “pecado”, sino que trata de las pasiones y actos sexuales bajo la categoría cultural de impureza/suciedad/inmundicia” (1:24), que, según los antropólogos, describe cosas materiales “fuera de su lugar apropiado” (como café que mancha una camisa). Cuando el semen o la sangre salen del cuerpo, las
personas quedan “inmundas/sucias/impuras” y descalificadas para entrar en el tabernáculo/Templo y participar en el culto. Tanto más el semen depositado “fuera del lugar” en el sexo anal dejó a las personas “inmundas”.
No obstante, posteriormente en la carta Pablo lleva a cabo un tipo de "deconstrucción” de este concepto tradicional de “suciedad/impureza/inmundicia”, pues insiste que para los cristianos “no hay nada impuro/sucio en sí” (Rom 14:14, 20; ver también Tito 1:15 y Jesús en Marcos 7:19).
7 “En Romanos Pablo demuestra que la homosexualidad es una abominación, el pecado más grave”. Pablo nunca habla de la “homosexualidad” ni del “pecado” en Romanos 1:24-27. La “impureza” sexual en 1:24 no es el pecado sino el castigo divino de gente idólatra que Dios abandonó. Cuando Romanos 1:18-23 enfoca el pecado, hace hincapié en la idolatría y la injusticia/opresión (1:18, 23; cp. 25, 29) y termina la lista de vicios
con referencia a gente “sin misericordia” (28-31; cp. Jesús en Mateo 25:31-46, donde nadie queda excluida de su Reino por pecados cometidos, sino por falta de misericordia y amor solidario con los pobres, débiles y oprimidos). En Rom 1:24-27, al describir la impureza sexual de la gente idólatra, Pablo indica que sus actos
sexuales eran motivados por la codicia/lujuria (contra el Décimo de los Diez Mandamientos). La trampa retórica que Pablo hace saltar en Rom 2:1-16 hace patente que la arrogancia y la hipocresía de cualquier que piensa juzgar a los gentiles de 1:18-32 es algo más grave que los pecados señalados (en 1:18-23, 28-32) y la
impureza/inmundicia sexual (en 1:24-27).
8 “En Romanos 1:26-27 Pablo condena todos los actos homoeróticos por ser ‘contra la naturaleza’” . La “naturaleza” no es una categoría de la teología bíblica (es ausente de la Biblia Hebrea y los cuatro evangelios), sino un concepto filosófico griego (especialmente estoico) que Pablo emplea en sentidos muy distintos. Jesús y la Biblia Hebrea siempre hablaron más bien del Creador y su creación (Gén 1-2; Sal 104, etc.). En Rom 1:26 Pablo describe el sexo anal entre mujer y varón (para evitar el embarazo) como “contra la naturaleza”; asimismo en 1:27 el sexo anal entre dos varones, que también evita la procreación. Sin embargo, como el concepto judío de la “impureza” sufre un tipo de “deconstrucción” en Romanos, también Pablo indica que cada acto de circuncisión es un acto contra “la naturaleza” (Rom 2:27), que los Gentiles no tienen la Ley “por naturaleza/nacimiento” (2:14) y que Dios mismo continuamente actúa “contra la naturaleza” (11:24, en la conversión de los gentiles; cp todos los milagros de Jesús y los apóstoles; cp 1 Cor 11:14-15, las mujeres tienen pelo largo “por naturaleza/costumbre”). Además, ahora los biólogos han observado que los actos homoeróticos son comunes en mas de 1500 especies de animales, y entre los seres humanos: lo que es “natural” para algunos es “contra la naturaleza” de otros (como en la preferencia de la mano zurda).
9 “En Romanos 1:24-27 Pablo condena los actos homoeróticos por ser ’vergonzosos’”. Los conceptos de “vergüenza” y honor/deshonra, como los de la “impureza/suciedad” y “contra/naturaleza”, también sufren un tipo de deconstrucción en el desarrollo de la carta. En Rom 1:24 y 26-27 Pablo describe la codicia y los actos sexuales de lujuria como “deshonorables/vergonzos” en la sociedad patriarcal de su época (con su preocupación en la procreación de hijos herederos). Sin embargo, el párrafo clave de la carta (Rom 3:21-16) revela como Dios demuestra su justicia liberadora para la redención de la humanidad por medio de la muerte de Jesús, cuya crucifixión representa la experiencia más vergonzosa--y Pablo insiste que de este evangelio, de un Mesías crucificado, ¡“No me avergüenzo”! (Rom 1:16-17). Más bien afirma dos veces que ninguno que cree en este Mesías crucificado debe avergonzarse (Rom 9:33; 10:11) sino “jactarse” (tres veces: 5:2-3,11), aún en medio de la opresión y persecución que normalmente avergüenza a los víctimas. Es decir, Pablo enseña a sus lectores a
“discernir” (12:1-2): existe una vergüenza merecida, entre gente culpable de actos de lujuria y explotación sexual de los débiles; no obstante, los creyentes en un Mesías crucificado deben “despreciar” la vergüenza inmerecida que una sociedad opresora procura provocar entre los débiles y oprimidos (Hebreos 12:2).
10 “El hecho que Pablo condena el ‘cambio’ del Dios verdadero por los ídolos (Rom 1:23, 25) implica que también condena a las hembras que ‘cambiaron’ sus practicas sexuales (1:26) y a los varones que ‘dejaron’ a las mujeres para tener sexo anal con otros varones (1:27) pues trata tales cambios como pecados sexuales comparables con la idolatría”. La repetición del vocabulario de “cambiar/dejar” en la retórica paulina de 1:23-27 no es para proponer absolutos éticos, sino para atrapar al lector orgulloso de su superioridad moral (2:1).
De hecho, el vocabulario de “cambio” (1:23, 25, 26-27) en la trampa retórica es otro elemento que sufre una deconstrucción posteriormente en la carta, pues Pablo declara que la trasformación (el cambio radical) es la esencia de la santificación (12:1-2). Por lo tanto, el lector que salta a la conclusión que 1:26-27 implica una prohibición absoluta-universal contra toda actividad homoerótica solamente cae más rápido en la trampa retórica que Pablo prepara para los arrogantes jueces que condenan a los demás (2:1-16). De hecho, Pablo es el gran Teólogo de Cambio quien procuró la transformación continua de la mente y la praxis cristiana y aun esperaba la renovación total del cosmos (Rom 2:1-2; 8:18-25; ver 2 Cor 5:17). Los cambios denunciados en Rom 1:23-27 son los que deshonran a Dios y dañan al prójimo (1:23, 25), cambios de prácticas (26) y de parejas (27) sexuales que manifiestan el pecado de “codicia” (24, cp 26-27) que Colosenses y Efesios identifica como una especie de idolatría (Col 3:5; Ef 5:5). Por eso, para evaluar los cambios requiere discernimiento: la mujer cuyo marido muere, al casarse con otro, puede así “cambiar” de compañero sexual sin ser “adultera” (Rom 7:1-3); asimismo, cuando es otro acto de amor que no hace daño al prójimo, como la Ley del levirato en Deut 25:5-10, una mujer podría “cambiar” de compañero siete veces (Mc 12:18-27!).
11 “Aunque en Rom 1:26-27 Pablo no califica a los actos homosexuales como pecaminosos’, sabemos que así los consideraba, porque en Génesis 1-2 Dios creó solamente dos sexos, varón y hembra, designados a complementarse mutuamente, no solamente biológicamente en las relaciones sexuales, sino también en las relaciones interpersonales del matrimonio”. Además de la función biológica para procrear (ahora usualmente obstaculizada “contra la naturaleza” por los medios de contracepción), la “complementariedad” de género es solamente la nueva jerga fundamentalista que promueve la inferioridad de las mujeres y la sumisión que “complementa” la supuesta superioridad del varón. De hecho, el concepto de “complementariedad” es el producto del romanticismo de los siglos 18-19, pero ahora anacrónicamente impuesto en los textos bíblicos, donde las relaciones de género comúnmente fueron jerárquicas, no complementarias.
12 “En Romanos 1:18-32 Pablo demuestra una comprensión científica de la homosexualidad que supera la de los científicos incrédulos modernos (que apoyan la “agenda gay”). El discurso del Apóstol en la trampa retórica de Rom 1:18-32 no pretende exponer ninguna comprensión científica de la sexualidad humana, sino
que denuncia la impiedad e injusticia/opresión de los idolatras y la codicia e impureza/inmundicia sexual que la raza humana sufrió desde el principio. Sin embargo, ni la Biblia Hebrea ni la historia secular narra tal “caída” de la raza humana (todos originalmente monoteístas heterosexuales, según esta versión paulina). Por lo tanto,
es común concluir que en Romanos 1:18-32 Pablo utiliza algún mito o leyenda judía en la construcción de su trampa retórica (ver las parábolas de Jesús). Pero aun si el Apóstol refiere a un evento real, él habla de una experiencia “pre-histórica” de la raza entera. No dice nade sobre el desarrollo psicológico de individuos modernos. Así, al hablar de una “caída” prehistórica (¿mítica/legendaria?) de los antepasados de la raza humana (1:18-23), Pablo no dice nada sobre un joven hoy que reconoce su orientación sexual desde la adolescencia y así nunca tiene relaciones sexuales con mujeres (cp 1:27). Si un “cambio” en sí fuera pecaminoso, entonces un Pablo informado y coherente debe animar tal joven a seguir fielmente con su pareja del mismo sexo.
Así, al denunciar “cambios” (Rom 1:23-27), Pablo no ofrece ninguna base por condenar un varón homosexual quien, sin jamás haber tenido relaciones con una mujer, establece una relación exclusiva y permanente con otro varón para vivir fielmente en amor. Tal vez Pablo no conoció tales relaciones, pero no podemos tergiversar sus palabras para condenar algo que el Apóstol no mencionó o ni conoció. En tales casos, el “cambio” que hace daño sería lo que proponen los ministerios “Ex–Gay”, que, con una población devastada por SIDA, procuran romper tales relaciones estables para imponer “matrimonios” heterosexuales—experimentos pseudos-científicos que por lo general terminan con divorcios, depresiones, adicciones y suicidios.
Conclusiones:
1 Los descubrimientos científicos nos ayudan entender que ni ser zurdo ni ser homosexual es una consecuencia de la idolatría o la religión de ciertos antepasados, sino que representa una variación común entre más de 1500 especies de animales--y entre los seres humanos de todo lugar, ideología y religión (Chandler Burr 2008).
Algunos recientemente han señalado que ciertos astrólogos antiguos observaron una diversidad de preferencias sexuales constantes, pero de acuerdo con la superstición común, atribuyeron tal diversidad de preferencia a la influencia de las estrellas. Pablo no da evidencia de tal conocimiento y, por supuesto, no propuso ninguna
explicación astrológica. De hecho el estudio psicológico principal de Pablo aun concluye que el Apóstol mismo era una persona de orientación homosexual, pero reprimido (ver mito 3 arriba).
2 Algunos temerían que al decir que Pablo utilizó un mito o leyenda en Romanos implicaría negar la inspiración y verdad de la Biblia. Pero los autores de Biblia utilizaron una gran variedad de géneros literarios y la iglesia por siglos malinterpretó �� Cantar de Cantares como una alegoría en vez de reconocerlo como poesía erótica. Como Jesús utilizó la “semilla de mostaza” (sin precisión científica) en una parábola para ilustrar los principios de su Reino (Mateo 13:31-32), Pablo parece referir a un tipo de “mito/leyenda” (una caída prehistórica de una raza totalmente monoteísta y “heterosexual” en sus prácticas). Tal concepto implica una
ignorancia pre-científica de la evolución y de la metodología de un historiador moderno. Pablo tampoco demuestra comprensión de la orientación sexual, una nueva percepción científica desarrollada a partir del siglo XIX.
3 Pablo hace hincapié en un elemento normativo: condena la codicia (1:24ª, 26ª, 27b), el exceso de pasión (irracional e injusto) prohibido en el Décimo Mandamiento, que es normativo en toda la carta (13:8-10; ver 6:12; 7:7-8). Los actos sexuales en 1:24-27 son ejemplos de tales “excesos” (13:13) que hacen daño al prójimo (13:8-14). Los demás cuatro elementos en la retórica paulina (inmundicia, vergüenza, contra la naturaleza, cambio) no representan normas “éticas” universales y permanentes, pues todos sufren una deconstrucción posteriormente en la carta. Al final de la carta Pablo propone normas para la sexualidad en las iglesias (por ejemplo, el adulterio que quita la propiedad sexual del prójimo; Rom 13:8-14). Pero las únicas prohibiciones
provienen de los Diez Mandamientos (#7 adulterio; #10 codicia), “excesos” (13:13) que hacen daño al prójimo, en vez del amor que edifica la comunidad (12:3-21). Cuando el sexo anal es una manifestación de codicia sexual, lujuria y explotación sexual, (sea mujer-varón o entre varones) ya es condenada en el Décimo Mandamiento. Pero nada sugiere que Pablo propone condenar todo acto sexual no-procreativo (“contra la
naturaleza”), o que se calificó como “inmundicia” según la Ley, o fue considerado “deshonorable/vergonzoso” según las sociedades patriarcales, o se constituyó un cambio de las prácticas sexuales anteriores.
4 Ejemplos bíblicos innumerables hacen patente el peligro de tomar prohibiciones que aparecen generales como absolutos éticos sin excepciones. Por ejemplo, (a) el “No matarás”, #6 de los Diez Mandamientos (Ex 20:13 // Deut 5:17 parece ser absoluto hasta que recordemos que la pena de muerte fue mandado por infracciones de innumerables leyes y que en ciertas guerras Deuteronomio mandó la matanza de los enemigos, incluso mujeres y niños (Deut 7:1-4); (b) la Biblia Hebrea ordenó la pena de muerte por no observar el descanso del Sábado, aun por solamente recoger leña (Ex 20:8-11 // Deut 5:12-15; Núm 15:32-36), pero Jesús y Pablo hicieron excepciones (Mk 2:23-28; Rom 14:5-8); (c) Jesús prohibió el divorcio (Mc 10:11-12) pero otros
textos hacen excepciones (1 Cor 7) y en otros contextos Dios aun manda el divorcio (Génesis 21:8-21 Esdras 10:3; Neh 9:2; 13:23-27); (d) “Si alguno no quiere trabajar, que tampoco coma” (2 Tes 3:10), pero con las excepciones obvias de niños, enfermos y discapacitados; (e) los primeros creyentes “tenían todas las cosas en común” (Hechos 2:44); “con la excepción de esposas” apuradamente añadió (Tertulliano, El Apologético
XXXIX.4; (f) 1 Tim 2:9-10 prohibe “joyas de oro, vestidos lujosos”, también condenados en 1 Pedro 3:3-4; Isa 3:16-26 y Os 2:15; pero alabados en �� Cantares (1:10-11; 4:9; 7:1/2) y mandado como parte del vestido sacerdotal (Ex 28; 39); por lo tanto “No es una prohibición absoluta para personas de fe” (Longman 2001:104).
Por lo tanto, asi son las denuncias del sexo anal cuando es una expresión de idolatría y codicia en Rom 1:26-27.
5 En ninguna parte de los escritos de Pablo, podemos encontrar una referencia a una pareja adulta cristiana gay o lésbica en una relación de amor comprometido. Tal vez tales relaciones fueron desconocidas al Apóstol, pero no debemos tergiversar sus palabras para condenar algo que decidió no mencionar o que ni sabía que existiera.
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Via, Dan O. and Robert Gagnon (2003). Homosexuality and the Bible: Two Views. Minneapolis: Fortress.
1 comentario:
Hola:
Ayer vi la declaración e inmediatamente pensé que habría polémica.
Recuerdo el mandamiento "No fornicarás" el cual fué adecuado a "No cometerás actos impuros" así abarca todo lo que a juicio de la Iglesia es conducta inadecuada como homosexualidad, masturbación tan condenadas por la cultura Judeo Cristiana. (Recordemos la historia de David y Jonatan)
Leí el anexo de los 12 mitos, veo que desde la época Romana a la fecha, no han cambiado nada las prácticas sexuales del humano, pero si ha cambiado la forma de ver la vida.
Tanto que Elton John se atrevió a decir lo que piensa y no lo han criticado en la forma como a John Lennon en los 60's.
Un abrazo.
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