martes, 8 de septiembre de 2009

Actos, colegios laicos y el castigo de la oración indiscriminada


El día domingo asistí junto con mí familia a un acto del colegio (supuestamente laico) donde estudia el mayor de mis hijos.

La celebración era una adelanto del cierre lectivo (además de una sacada de dinero por disfraces y demás) y consistía en una serie de actos que los niños desarrollaron y planificaron durante varios días.

Aunque suene aburrido (y probablemente los sería para cualquiera que no viera a su hijo allí) me la pase muy bien a excepción del inicio del acto: se inició con una plegaria a Dios.

A diferencia de los organizadores del evento (personas egocéntricas y con limitada percepción de la diversidad social, cultural y religiosa) que consideran que todos piensan como ellos, y respetuoso de las creencias de otros, me levanté al momento de la oración y esperé que finalizara el agradecimiento a ese ser imaginario por "tener a nuestros niños" y la súplica "para que Dios cuide a nuestros hijos", además de una relación entre valores-dios que con gusto hubiera discutido.

Finalmente acabó el rezo y me quedé un tanto molesto hasta que empezaron los actos.

¿Por qué me molesté? simplemente porque me resulta increíble que el creyente no considera, es más, ni siquiera le pasa por la mente, que existen millones de personas al rededor del mundo que no piensa como él y que, en un acto público, se haga gala de una creencia sin importar si uno o más personas están de acuerdo o no, compartan la idea o no.

El creyente está tan inmerso en su creencia que cree que todos piensan como él y que toda la verdad es la que su cerebro logra asimilar y aceptar, por lo que no puede (ni quiere) reconocer que existen cientos de creencias distintas a las que tiene, que estas creencias están conformadas por millones de seres humanos que opinan de forma distinta, con una distinta escala de valores, de fines y objetivos.

La oración se dirigió al dios cristiano ignorando (por la naturaleza del colegio supuestamente laico) que podrían haber musulmanes, judíos, budistas o cualquier otro creyente, o no creyente como en mí caso, que se sentiría incómodo con una oración a un dios distinto al suyo o, visto desde mí punto de vista, a un ser imaginario.

Francamente no me afecta que otros recen, oren, lloren, griten o hagan cualquier cosa en nombre de un dios, claro a menos que eso se convierta en una externalidad y me afecte a mí o a mí familia.

Lo que sí me molesta es el descarado egoísmo, la generalización absurda y la falta de calidad humana del creyente que considera que todos, absolutamente todos, debemos y tenemos que rendirle pleitesía al dios que él venera simplemente porque es de él.

Como casi siempre, la entrada es catarsis para quién escribe y el desahogo espero replicarlo en su momento.

4 comentarios:

Unknown dijo...

En la mayoría de nuestros pueblos pues prevalece este estandarte en el cual se cree y se encasilla a todos los ciudadanos en creyentes cristianos, los no cristianos y en nuestro caso, los no creyentes estamos "obligados" a soportar esos eventos y más, ¿hasta cuando?, quien sabe, lo cierto es que nos molesta, nos saca de nuestras casillas y casi siempre se nos hace imposible contrarestar esas desventuras.

Si el colegio realmente es laico, creo que existe un margen de queja, en el cual el afectado, que desgraciadamente es usted, puede recurrir y mostrar su inconformidad.

Saludos

Mar_o

asimov dijo...

Alguna que otra experiencia de ese tipo he tenido yo también...
Pero hoy dia desde mi óptica de ateo observo el fenómeno con cierta digamos..."compasión", puesto que solo tienen eso: fe; nada más.

salu2.

diego dijo...

Recuerdo que la escuela primaria en donde estudie, a pesar de ser del estado y por consigiente laica, tenia una imagen de la virgen (no se que advocacion/version seria)y se festejaban las fechas religiosas (te hacian dibujar carretas coloniales atascadas portando la imagen de la virgen de Lujan, entre otras).

Unknown dijo...

Gracias por los comentarios:

Somos minoría y como tales no somos tomados en cuenta.

Espacios como internet son importantísimos para poder hacer ver nuestro malestar o inconformidad y tener eco.

Saludos