jueves, 16 de julio de 2009

De Exorcismos y demás absurdos


Efectivamente, aunque parezca imposible, existe un Congreso Nacional de Exorcistas y Auxiliares de Liberación de la Iglesia Católica y que se ha celebrado en México en su cuarto año, cuyos objetivos eran:

Profundizar, repasar y aprender nuevos aportes de manera teórica y práctica, como parte de la Pastoral Ordinaria de la Evangelización, el ejercicio del ministerio de liberación y exorcismos.

Que se tengan los criterios de discernimiento para saber ¿qué oraciones a qué personas, en qué casos: simple enfermedad, influencia o infestación demoníaca y obsesión o posesión demoníaca?

Que tenga una visión interdisciplinar de la Pastoral de Liberación: biblia, liturgia, derecho canónico, ciencias humanas: psicología y psiquiatría, pastoral y espiritualidad.


Francamente no se ni por dónde empezar acá...

Quisiera decir que el demonio (Luzbel, Satán, o cualquier otro que se les ocurra) adolece del mismo vicio que su contraparte: nunca nadie lo ha visto, no hay pruebas ni sustento real y los alegatos de su supuesta existencia, en consecuencia sus falacias, son los mismos de aquellos que aseguran que Dios existe.

Quisiera decir también que todo aquel que considere una "posesión demoníaca" (el simple término me molesta) incurre en una serie de falacias, especialmente en:

Petito principi ya que considera que el demonio existe sin prueba;
Non sequitur ya que se concluye que ciertas manifestaciones físicas son producto de una posesión;
Afirmación de consecuencia debido a que (pese a que no está demostrado ni siquiera la existencia de espírtus) se concluye que el demonio puede poseer un cuerpo humano.

Por otra parte quién considere válida la existencia demoníaca y la efectividad del exorcismo es una persona irresponsable al considerar que una "posesión demoníaca" puede ser la causante de un mal físico. Sobra decir que no existe ninguna prueba del supuesto espíritu (si alguien tiene alguna, por favor que me lo demuestre) y mucho menos alguna relación mínimamente comprobable entre éste y un padecimiento. Por ello la irresponsabilidad deviene de considerar una posesión como la causante de una dolencia física o mental.

Es doblemente irresponsable al considerar que existe posibilidad de curar un mal físico o mental a través de un exorcismo o liberación. No existe ningún motivo que sustente dicha situación e incluso, en muchos casos, ha sido el propio exorcista o liberador quién ha causado la muerte del enfermo como la foto: es de Emily Rose, persona que murió producto de un exorcismo.



Estas situaciones me hacen pensar que es completamente absurdo que un grupo de personas se reúnan en un Congreso Nacional de Exorcistas y Auxiliares de Liberación a efecto determinar aquellos procedimientos para luchar contra el demonio y que lo hayan hecho por 4 años... claro, la participación tiene una cómoda cuota de 3,500 pesos (equivalentes a 258.37 Dólares o 184.00 Euros)

Me pregunto ¿cuántos exorcismos habrán realizado? y ¿cuántos habrán comprobado la existencia del demonio? con uno se despejaría cualquier duda al respecto.

Veamos la lógica de la cuestión:

Después de varios "procesos" el exorcista se descarta la presencia de un mal físico o mental, quedando únicamente un mal espiritual... una posesión.
Derivado de ello resulta indispensable realizar una serie de ritos y oraciones para expulsar al demonio del un cuerpo.
En ese caso, de lograr un exorcismo, se entraría en una viable presunción de la existencia de un demonio: el supuesto demonio usa el cuerpo de una persona ocasionandole dolencias físicas y al realizar un exorcismo que lo expulsa el cuerpo regresa a su estado normal.
Pero, si es así, ¿por qué la Iglesia no somete dichos exorcismos a pruebas científicas que los comprueben? ¿por qué no los hace públicos? ganarían muchísimo al demostrar la existencia del demonio.

Finalmente hay más preguntas que posibles respuestas sobre el asunto, sin embargo partiendo de un proceso lógico: no está demostrado nada al respecto (ni demonio ni posesiones ni la efectividad del exorcismo) y no existe motivo alguno para considerarlo como algo verídico.

El caso es que ninguna religión se salva de estas "posesiones", de hecho la "existencia" física del mal es indispensable para mantener al creyente subyugado ya que, en caso se aparte de la religión, el mal encarnado se lo ganará para sí... la religión subsiste, en gran parte, del miedo de sus creyentes: miedo a castigo si no creo o si no hago lo que me dicen que haga, aunque resulte absurdo o, miedo a no gozar lo que me han prometido.

Basta ver estos ejemplos o a aquellos evangélicos como los expuestos en el blog de Mar-O (Briansesudo) en la entrada Los Fundamentalistas y sus Miles Demonios en dónde la enfermedad es una posesión y sólo el pastor puede liberarlos del mal y curarlos de su enfermedad.

Al final del camino y siempre y cuando no exista motivo suficiente para considerar cierto la existencia del diablo, dios u otro ser de fantasía, cualquier acto encaminado a lograr una actitud del supuesto ser será absurdo.

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