martes, 10 de febrero de 2009

La lógica de Nadya Suleman, aplicable a muchos creyentes.


Nadya Suleman, la madre de octillizos que pese a tener 6 niños se sometió a tratamientos de fertilidad ha dicho:

"Los alimentaré. Haré lo mejor que pueda hacer",... "Y a mi manera, en mi propia fe, creo de todo corazón que Dios nos proveerá a su modo".



Por lo que me pregunto: ¿hasta dónde considera un creyente que llega la responsabilidad de sus actos?

La lógica de Nadya Suleman es: Ya lo hice, ahora Dios me ayudará porque tengo fe.

Es igual al asesino que mata y Dios debe perondarlo porque se ha "arrepentido" y tiene fe. Así todo arreglado.

Entonces ¿queda perdonado e irá al Paraíso el asesino que se arrepiente? bueno, matamos y nos arrepentimos y todo solucionado.

Y ¿el pederasta o el pedófilo?, ¿el genocida?, ¿el secuestrador?... ¿hasta dónde llega la responsabilidad de sus actos si, de acuerdo a la lógica del creyente, todo depende de un Dios que tiene un camino prefijado y predestinado para ellos, a quién no le importará lo que haya hecho, siempre y cuando exista arrepentimiento real y fe en Él?

La actitud de Nadya Suleman representa y ejemplifica los resultados de siglos en los que las religiones han decidido por nosotros. Nos han dicho qué pensar, cuándo pensar y por qué pensarlo, diciendo que si bien tenemos libre albedrío, no pasa nada sin que Dios lo quiera, eliminando la responsabilidad de nuestros actos.

Es más fácil seguir órdenes en vez de tomar las decisiones propias. Al respecto este interesante artículo de Ricardo Pallejá llamado "La comodidad de vivir manipulado" menciona, entre otras, esta frase:


Te cargas la conciencia y todo lo atribuyes a los designios divinos.



Fácil salida para evadir las responsabilidades generadas por nuestros actos.
Ten en cuenta que a menos que se demuestre lo contrario (lo cual no ha ocurrido en toda la historia de la humanidad) nada ocurrirá si tú no lo haces posible. Tú eres el arquitecto de tú propio destino.

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