Han venido esperando durante milenios la venida de su Mesías. Han sufrido todo tipo de vicisitudes, las cuales son fácilmente determinadas si se tomara como base el Antiguo Testamento
Aarón: "Moy, me dicen que por Canaan hay unas buenas tierras y buenas mujeres"
Moisés: "Pues vámonos que acá en Egipto ya no me siento cómodo. Me buscan por usurpación de calidad y asesinato... lo que sí es que no me quiero ir solo, dicen que el tiempo de viaje son 40 años por el desierto..."
Aarón: "Pero ya hay gente viviendo allí... además cómo sacamos a todos los hebreos de acá ¿no ves que por lo menos, aunque maltratados, tenemos comida y agua?"
Moisés: "Eso es lo de menos: les digo que un arbusto en llamas me habló y me dijo que yo, Moisés, debía guiarlos a la Tierra Prometida... ya allá pues ni modo, lo que nos tardemos será por que Dios así lo quiere. Una vez lleguemos entramos con todo, verás que en poco tiempo la tendremos para nosotros y estaremos en paz..." (*)
Así partieron y aún hoy, continúan partiéndose la madre por quedarse en ese territorio... intereses de todo tipo influyen, pero el peor de todos es el nacido de las fantasías que han llevado a una de las más terribles locuras religiosas de nuestros días.
Fe y mucha fe ciega y decabellada para considerar que hay un pueblo elegido por su Dios quien además les ha prometido algo que han tratado de conseguir a cualquier precio... el problema es que no puedes hablar con algunos de ellos sin arriesgarte a ser tachado de antisemita, aunque lo que digas sea cierto y se refiera, como en este caso, a una situación meramente religiosa, fuera del ámbito racial.
(*) Diálogo supuesto y ficticio, como es ficticio el Éxodo. Y, en todo caso, si alguien no está de acuerdo que me demuestre que no es cierto.
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