miércoles, 24 de marzo de 2010

Bestiario religioso. II. El Pastor


Persona normalmente de sexo masculino que manifiesta haber sido escogido del Dios cristiano para dirigir una comunidad de evangélicos o, como los llaman los católicos "hermanos separados".
Claro que al solicitarle prueba de dicha delegación de Dios, manifiesta que ha sido un llamado interior, propio de una relación personal entre él y la referida deidad por lo que de pruebas no hay.

Cuenta normalmente con mujer (o mujeres, si es el caso) e hijos.

Es el encargado de cobrar mensualmente el diez por ciento del ingreso neto de cada miembro de su iglesia ya que así lo dice la Biblia y por lo tanto, así debe ser.

Puede (aunque no nesariamente) ser producto de uno o varios cursos que ahora se imparten por otros pastores, aunque esto es algo aleatorio ya que al ser escogidos de Dios solamente necesitan la influencia del Espiritu Santo para poder predicar.

Considera que al igual que el cura, personaje anteriormente tratado, cuenta con ciertos superpoderes: sanación, don de lenguas, profecía u otros cuya ejecución es directamente proporcional con el crecimiento de sus fieles y, en consecuencia, con el crecimiento de los diezmos. A mayor cantidad de "milagros" mayor ingreso, algo que se ve reflejado en que los más exitosos pastores son también los más "milagrosos" aunque resulta interesante que las pruebas de dichos milagros nunca salen a para su revisión a la comunidad científica.

También llama la atención que dicho personaje pregona por que la salvación está en desprenderse de lo mundano, pero normalmente vive una vida con todos sus lujos.

Contradictorio, cierto, pero aceptado cigamente por el conjunto de los miembros de una comunidad que día a día crece ofreciendo una salvación más fácil que la creencia que le dió pié... vive bien y mejor que el cura, ya que este ni es célibe ni tiene votos de ningún tipo.

1 comentario:

Enrique Arias Valencia dijo...

¡Salud e inquieta alegría!