martes, 16 de junio de 2009

¿Importa realmente porqué un ateo, es ateo?


¿Por qué eres ateo?... ¿qué te motivó a serlo?... ¿cómo llegaste a eso?...

Estas preguntas son necesarias y obligatorias para todo aquél que escucha del ateísmo de alguien. Muy pocas personas se quedarán tranquilas sabiendo que su vecino, amigo o familiar es ateo y necesitará saber el motivo que le orilló a tomar tan "descabellada" decisión.

Es natural que un creyente necesite saber qué lleva a una persona a ser atea, es algo que no encaja dentro de su cerebro toda vez que para él, Dios es un ser existente indudablemente de modo que el ateísmo resulta ser tan absurdo como negar la propia existencia.

De hecho para el creyente habrá cierto recelo en el ateo ya que debido a la idea que la religión ha prefijado del ateísmo, se genera un efecto halo respecto del ateo: un ser raro, en el mejor de los casos y, en la mayoría, carente de moral o ética, capaz de todo.

En otras palabras se justifican las preguntas del creyente hacia el ateo.

Pero ¿y para los propios ateos?, ¿es necesario justificar el ateísmo con otro ateo? en distintos foros de opinión circulan ateos que consideran que el ateísmo debe tener una justificación que lo sustente y que la misma debe, necesariamente, partir de puntos o principios generalizados para todos de modo que aquellos que no cumplan con el "requisito" no deberían se considerados ateos.

Personalmente considero que el ateísmo debe estar fundamentado y ser el resultado de un proceso lógico y estructurado pero eso no significa que exista otra forma de arribar a la misma conclusión.

De hecho se ha categorizado distintos tipos de ateísmo, distintas corrientes que justifica cada una de las posturas y aunque finalmente giran sobre una misma idea (dios) existan múltiples formas, dependientes de cada persona, que acarrean el arribo a la conclusión.

Dejando de lado la postura agnóstica, el ateo etimológicamente es una persona sin dios... ¿será que para efectos prácticos importará cómo se arribó a dicha posición? personalmente creo que no y lo importante es el actuar. Aunque sí considero que un ateísmo fundamentado y justificado es importante, dicha importancia radica en el alcance personal, en una meta propia y no en algo que debe implantarse o imponerse a los demás, tratando de generalizar una posición o postura que si bien ha funcionado en un caso particular, puede que no necesariamente funcione para otros.

4 comentarios:

Minerva dijo...

Soy atea, por desición propia. Tengo una vida tranquila, con metas.Claro que a uno le dicen " no puede ser" " si te conozco eres buena persona". Hay una idea muy equivocada del ateo. En mi opinión,creo que hay mas tolerancia en uno a aceptar a la gente que cree a que ellos nos acepten. Saludos.

Ser-O dijo...

Siempre buscamos respuestas estructuradas y raionales a todo.
Los teologos buscan explicar a dios por medio de la razón y los ateos buscan probar su inexistencia.
Ambos buscan desde una conclución, parten ya desde la meta.
¿Cómo se puede realmente reflexionar si partimos ya de bases estructuradas por otro, si nos manejamos bajo el condicionamiento de la sociedad y la cultura?

La vida es la base de todo. La vida es una experiencia, es un aquí y ahora constantes, algo que se experimenta personalmente. esto está más allá de toda estructura o teoría lógica.

Saludos

Pablo dijo...

Ser-O, la mayoría de los ateos no intentamos probar la inexistencia de Dios. No hace falta. Nunca oiríamos hablar de Dios si no fuera por sus seguidores, que nos dicen constantemente lo que Él supuestamente quiere que hagamos (cómo lo saben, no sé).

En un mundo ideal todos podríamos reflexionar sobre el tema en paz, pero éste no es un mundo ideal.

Monje_roj0 dijo...

Efectivamente, todo ateo necesita justificarse en su posición, ya que sino fuera así, su propia posición carecería de toda razón y se sustentaría sobre la base inestable de los dogmas. La religión se sustenta precisamente en esa irracionalidad que supone el dogma o lo que viene revelado.
El ateismo no nos viene revelado, nos viene desde lo razonado, criticado y argumentado mediante hechos contrastados.