viernes, 26 de junio de 2009

¿Año Sacerdotal? obviando la realidad


"Para favorecer esta tendencia de los sacerdotes a la perfección espiritual de la que depende sobre todo la eficacia de su ministerio, he decidido que se celebre un especial Año Sacerdotal del 19 de junio de 2009 -Sagrado Corazón de Jesús y Jornada para la santificación sacerdotal- al 19 de junio de 2010”. Este año “se conmemora el 150 aniversario de la muerte del santo cura de Ars, Juan María Vianney, verdadero ejemplo de pastor al servicio del rebaño de Cristo”.
Benedicto XVI, 16 de marzo de 2009.

Antes, mucho antes de celebrar un año dónde se pretenda "favorecer la tendencia sacerdotal a la perfección espiritual" (¿?) Benedicto debería definir una política de la Iglesia que fuera consecuente y dirigida a los innumerables casos de abuso hacia menores que han salido a la luz.

La Iglesia y sus fieles se molestan y se sienten "atacados" cuando se les toca éste tema, argumentando que no son todos, que por unos "pocos" se tacha a muchos que hacen buenas cosas. El problema es que no son unos pocos y que efectivamente es una situación seria, delicada y que tiene como consecuencia marcarle la vida para siempre a un ser humano... multiplica eso por miles de abusados que ahora son adultos y que reflejan en sus actos los abusos recibidos. Es una situación exponencial.

Desafortunadamente la Iglesia y sus fieles se hacen de la vista gorda, como si nada pasara, cuando debería haber una reacción para investigar y evaluar a los actuales sacerdotes pero sobre todo, evitar que los nuevos incurran en estos abusos.

En 2006 hubo declaración en México sobre exámenes psicológicos a sacerdotes nuevos ¿qué pasó? no hubo seguimiento.

Desgraciadamente y aunque el sacerdote es guía y responsable de un grupo de personas no es sujeto de ningún tipo de prueba vocacional real o psicométrica, mucho menos psicológica para determinar que, previo a entrar a la Iglesia, está medianamente cuerdo... obviamente si no existen pruebas antes del ingreso tampoco hay pruebas durante el ejercicio del sacerdocio.

¿Buscar, favorecer o alcanzar la perfección espiritual del sacerdote? claro, todo muy bonito pero ¿cómo? estos absurdos fines deberían de reflejarse en buscar y alcanzar una meta real y objetiva tal como generar un serio y estricto control en los actos de los actuales sacerdotes, desmitificándolos y haciendo conciencia que son seres humanos, con todas sus virtudes y defectos, sujetos de derecho y punibles en sus actos; y, en los nuevos aspirantes, determinar si efectivamente cuentan con la mínima capacidad psicológica para tener y asumir el poder que una sotana otorga.

Es claro que preferiría que no existiera ese riesgo eliminando este tipo de jerarquía social religiosa, pero siendo realistas lo menos que debemos exigir como miembros de la sociedad es que la Iglesia, como institución social injerente (desgraciadamente) en nuestro entorno, cumpla con parámetros mínimos que ciña el actuar del sacerdote dentro de normas claras y concisas y, escoger correctamente a sus nuevos representantes.

Está claro que con la falta de nuevos curas, la Iglesia acepta a quién llegue a sus puertas. Tienen una necesidad de recurso humano pero eso no debería significar que entre cualquiera, sin parámetros tangibles y verificables. Toda institución medianamente responsable lo hace ¿por qué no la Iglesia?

El "Año Sacerdotal" es, finalmente, otro absurdo sin una finalidad real y tangible, un lema publicitario más para tratar de tapar el sol con un dedo.

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