El núcleo interno sólido de la Tierra comenzó a formarse hace más de mil millones de años, cuando el núcleo de hierro líquido que lo rodea empezó a solidificarse. Desde entonces ha crecido hasta alcanzar ahora un radio de aproximadamente 1.200 kilómetros. Pero la dificultad para estudiarlo radica en los miles de kilómetros de roca que nos separan de él. Como resultado, sabemos más acerca de la superficie de otros planetas que de las profundidades del nuestro.
Lo anterior aparece en una nota publicada en la web de
LaFlecha, lo cual me generó la duda que titula la entrada.
La religión católica parte de la idea que el infierno es un lugar físico, al cual serán enviadas las almas que hayan cometido alguno o varios de los pecados que acarreen dicho castigo.
Dicha religión acepta la idea de un infierno físico que, en contraposición del cielo está ubicado en el centro de la tierra, basándose para el efecto en la siguiente parte de la biblia:
"Jesús bajó a las regiones inferiores de la tierra. Este que bajó es el mismo que subió" (Ef 4, 9-10).
Dicho infierno es (según el Concilio IV de Letrán) un lugar de sufrimiento eterno e inmutable.
Ahora bien, según la nota informativa el centro de la tierra no ha sido eterno, sino que se empezó a formar hace 100,000 millones de años. Suena bastante tiempo, pero comparado con otras edades (por ejemplo, la edad del sol se estima en 4,500 millones de años) no es tanto y mucho menos eterno.
Si el infierno no está en el centro de la tierra ¿dónde está? ya que siendo (según la Iglesia Católica) un lugar físico y existente, en algún lugar deberá estar.
Pero OJO, no está en cualquier lugar, Jesús BAJÓ al infierno, así que debe estar en contraposición al lugar de la muerte de Jesús.
Nuevamente nos topamos con otra incoherencia reforzada por la tradición y el seguimieto dogmático de idiotas útiles.
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